LA INTERPRETADORA DE SUEÑOS
Rafael R. Costa
Espasa Libros
Barcelona, 2014
Rafael
R. Costa es un novelista de raza que con descripciones que rozan el lenguaje
poético (no en vano el autor cultiva también este género) y diálogos bien
equilibrados nos conduce en esta ocasión en “La interpretadora de sueños” por
las aventuras de Georginas, una joven madre viuda que busca una solución a su
vida y recuperar la herencia paterna de su hijo en el conflictivo mundo de los
preludios y comienzos de la segunda guerra mundial. Los nazis están a punto de invadir Checoslovaquia.
El relato arranca con la protagonista dirigiéndose a una cita en medio de una
ciudad de Praga repleta de escenas casi surrealistas y simbólicas cuya
descripción va introduciendo al lector en el ambiente de la narración. De
golpe, casi interrumpiendo la densa exposición de cerca de quince páginas
repleta de detalles, se nos revela un dato inesperado. La identidad de la
persona con la que la mujer va a encontrarse. Una frase (“Ese hombre era Franz
Kafka”) consigue engancharnos, por si ya no lo estábamos, definitivamente a la
historia. Será un recurso que Rafael R. Costa utilizará a lo largo de toda la
trama, introduciendo en ella como personajes a figuras de la cultura de la
época conocidas por todos, así como los Freud, padre e hija, un joven Hemingway
que inicia sus primeros pasos, un Scott Fitzgerald un tanto sinvergüenza o el
famoso mago Houdini, así como siniestros personajes del nazismo, Himmler,
Goebbels o el mismísimo Hitler. El periplo de Georginas, lleno de peripecias
propicias y nefastas, transcurre entre Praga y Estados Unidos, lugar en el que
decide convertirse en interpretadora de sueños, actividad que le reportará
sustanciosas ganancias y la colocará en una situación próspera y que le
permitirá conectar y alternar con lo más adinerado de la sociedad. Sucesos
sorprendentes, uno tras otro, van funcionando como jalones que impulsan al
lector a seguir leyendo y acrecientan su interés conforme el relato
transcurre. El regreso de Georginas a una Europa entrando ya en las garras de
los nazis, contra la opinión de su hijo y de sus amigos, dará comienzo a la
parte más dramática de la novela, entre temporadas con la resistencia judía y
otras en campos de concentración en las que seremos testigos de escenas
realmente crueles y espeluznantes. El tramo último constituye, a mi modo de
ver, el más intrigante y el final no es, en absoluto, el que podría esperarse;
totalmente sorprendente, no lo destriparé, por supuesto, no haré spoiler, como
se dice ahora.
Una
novela que, desarrollándose entre la magia y el drama con un correctísimo sentido
del ritmo, un impecable dominio del arte narrativo, una estructura
perfectamente construida y asequible, sin por ello ser monótona, un léxico rico
sin caer en el barroquismo y una indudable documentación histórica, resulta
excelente no sólo en la totalidad de la narración sino también en lo que se ha
dado en llamar calidad textual o de párrafo. Quiero decir que, abierto el libro
al azar por cualquiera de sus páginas, su lectura atraerá inmediatamente al
buen lector de literatura.
Obra,
en fin, que anota a Rafael R. Costa como uno de los mejores novelistas
onubenses, si no el mejor, y de este país.
Absolutamente
recomendable.
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