Este blog, dedicado al comentario y la crítica de libros, quiere ser tanto un pequeño aporte en el desarrollo de la afición a la lectura como una especie de foro en el que las visitas intercambien opiniones entre sí y con el blogger acerca de las obras expuestas.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Las aventuras de un maletín negro, de A. J. Cronin


Las aventuras de un maletín negro
Ediciones Modernas
¿México? 194…

Igual que señalé que la portada del libro comentado anteriormente es magnífica, puedo  decir que la de esta edición de “Las aventuras de un maletín negro” es una de las más horrorosas que he visto nunca. Además de que no tiene nada que ver con el texto que presenta. El personaje central no vive absolutamente ninguna aventura amorosa a lo largo de todo el texto. Sólo durante algunas páginas del comienzo tiene un pequeño flirteo con una mujer mucho mayor que él, ligue que acaba rápidamente y de una forma chusca. La única explicación que tiene el motivo de la cubierta es la comercial. Y, teniendo en cuenta la época y tipo de la publicación, esto sería un buen punto de partida para indagar en algunos aspectos sociológicos de la lectura literaria.
De A. J. Cronin sólo había leído “La ruta del doctor Shannon” en mi adolescencia. Y, aunque recuerdo que me gustó, probablemente no habría vuelto a leer nada de este autor de no ser por mi afición a las librerías de viejo. Lo tenía completamente olvidado. Fue casual que el otro día me topase con este ejemplar en una pequeña librería de lance de la Avenida Madero, al lado de Las Tarascas, en Morelia (México).
Muchos discutirían la pertenencia de esta obra al género de la novela. Pues se trata de dieciséis relatos hilvanados por la presencia en todos ellos de Hyslop Finlay y por su transcurso en Levenford, pequeño pueblo escocés. Un médico joven, el susodicho Finlay, llega a esa localidad para ejercer como auxiliar del doctor Cameron. A lo largo de cerca de doscientas páginas vamos asistiendo a una serie de historias expuestas en una secuencia lineal que comienza con el debut del personaje central en una traqueotomía de urgencia practicada en condiciones miserables y casi heroicas a un niño enfermo de difteria y acaba con el ocultamiento de un asesinato que, dadas las circunstancias en las que sucede, el lector no dudará en justificar. La lectura es ágil, amena, a ratos emotiva y también humorística. La exposición de la psicología y la dimensión moral de los personajes es casi impecable, teniendo en cuenta, claro, el contexto. Y a pesar de algún que otro fallo narrativo, no sé si debido a la traducción, que el resultado final hace pasar por alto, la novela es muy aconsejable. Eso sí, en otra edición (aclaración esta innecesaria, por otro lado, toda vez que encontrar esta supongo que resultará muy difícil), pues la presente ha de ser leída necesariamente entrelineas, lo que conlleva una inevitable merma de la experiencia estética.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Ha vuelto, de Timur Vermes

Ha vuelto
Trad: Carmen Gauger
Ed. Seix Barral
Barcelona, 2013

Vi esta novela en la mesa de novedades de una librería e inmediatamente me llamó la atención la calidad y gancho que tenía el diseño de portada. Simple e impactante. No conocía al autor ni suelo comprar novedades, a no ser que sean de un escritor lo suficientemente aquilatado en mi criterio. Pero en esta ocasión, la cubierta y mi necesidad de leer algo que me hiciera reír, diversión que el texto de contraportada promete, aunque tal publicidad sea algo completamente esperable en un libro de humor, me decidieron. Y sí. La verdad es que al menos toda la primera parte del relato ha conseguido arrancarme numerosas carcajadas basadas en un resorte del humor, el equívoco, que, aunque sobradamente conocido, hay que reconocer que en este caso está muy bien utilizado. A partir de la mitad del volumen, el recurso o bien afloja o bien se agota y ya sólo dibuja alguna que otra sonrisa, al mismo tiempo que te va invadiendo una extraña inquietud, la pregunta de si no estará consiguiendo Timur Vermes, conscientemente, lo mismo que su personaje logra inconscientemente. La trama del libro, ya vieja en la literatura, es la siguiente: Adolf Hitler despierta en un descampado de Berlín en el año 2011. Su asombroso parecido con el dictador nazi, su atuendo y su discurso despiertan la hilaridad de la gente. Confundido con un cómico cuyo chiste más efectivo es su identificación absoluta con el personaje que encarna, es contratado por una cadena de televisión en la que se dedica a hacer proselitismo de sus ideas, lo que es interpretado, entre el regocijo general, como una crítica social basada en la reducción al absurdo. Y aquí es donde surge la sospecha: ¿Es realmente eso? Que el autor se proponía provocar y lo ha logrado es obvio. Que su crítica de la política y la situación social actual ha encontrado un terreno perfectamente abonado por la crisis y la ineptitud y corrupción de los poderosos es innegable. Pero ¿a qué viene ese Hitler tan humano que casi dan ganas en algunos momentos de darle un abrazo? ¿A cuento de qué? Sobre que el dictador era un sentimental sanguinario parece que hay algunos datos históricos. Pero ese pequeño rasgo es utilizado y distorsionado por Timur Vermes, a veces parece que para ganar simpatías para su personaje. ¿O es sólo otra vuelta de tuerca en el arte de la provocación? No sé. No creo que sean tiempos adecuados para jugar con ciertos tipos de fuego. Son tiempos adecuados para elegir nuevos caminos. Pero no esos. Ojalá la historia nos haya enseñado y este fenómeno literario no pase más allá de ser otro best seller que llene los bolsillos de su autor y sus editores.