Las aventuras de un maletín negro
Ediciones Modernas
¿México? 194…
Igual que señalé que la portada del libro comentado
anteriormente es magnífica, puedo decir
que la de esta edición de “Las aventuras de un maletín negro” es una de las más
horrorosas que he visto nunca. Además de que no tiene nada que ver con el texto
que presenta. El personaje central no vive absolutamente ninguna aventura
amorosa a lo largo de todo el texto. Sólo durante algunas páginas del comienzo
tiene un pequeño flirteo con una mujer mucho mayor que él, ligue que acaba
rápidamente y de una forma chusca. La única explicación que tiene el motivo de
la cubierta es la comercial. Y, teniendo en cuenta la época y tipo de la
publicación, esto sería un buen punto de partida para indagar en algunos
aspectos sociológicos de la lectura literaria.
De A. J. Cronin sólo había leído “La ruta del doctor
Shannon” en mi adolescencia. Y, aunque recuerdo que me gustó, probablemente no
habría vuelto a leer nada de este autor de no ser por mi afición a las
librerías de viejo. Lo tenía completamente olvidado. Fue casual que el otro día
me topase con este ejemplar en una pequeña librería de lance de la Avenida
Madero, al lado de Las Tarascas, en Morelia (México).
Muchos discutirían la pertenencia de esta obra al género
de la novela. Pues se trata de dieciséis relatos hilvanados por la presencia en
todos ellos de Hyslop Finlay y por su transcurso en Levenford, pequeño pueblo
escocés. Un médico joven, el susodicho Finlay, llega a esa localidad para
ejercer como auxiliar del doctor Cameron. A lo largo de cerca de doscientas
páginas vamos asistiendo a una serie de historias expuestas en una secuencia
lineal que comienza con el debut del personaje central en una traqueotomía de
urgencia practicada en condiciones miserables y casi heroicas a un niño enfermo
de difteria y acaba con el ocultamiento de un asesinato que, dadas las
circunstancias en las que sucede, el lector no dudará en justificar. La lectura
es ágil, amena, a ratos emotiva y también humorística. La exposición de la
psicología y la dimensión moral de los personajes es casi impecable, teniendo
en cuenta, claro, el contexto. Y a pesar de algún que otro fallo narrativo, no
sé si debido a la traducción, que el resultado final hace pasar por alto, la
novela es muy aconsejable. Eso sí, en otra edición (aclaración esta
innecesaria, por otro lado, toda vez que encontrar esta supongo que resultará
muy difícil), pues la presente ha de ser leída necesariamente entrelineas, lo
que conlleva una inevitable merma de la experiencia estética.