Este blog, dedicado al comentario y la crítica de libros, quiere ser tanto un pequeño aporte en el desarrollo de la afición a la lectura como una especie de foro en el que las visitas intercambien opiniones entre sí y con el blogger acerca de las obras expuestas.

domingo, 26 de mayo de 2019

Los ojos deseados, de José Antonio Sáez




Los ojos deseados
Editorial Alhulia
Granada 2019

Poemario en prosa de corte místico, “Los ojos deseados", de José Antonio Sáez, es ya desde el título un homenaje a Juan de la Cruz, lleno de referencias intertextuales de este autor (pero también de Góngora, Miguel Hernández, Teresa de Jesús, el evangelista Juan o el Éxodo…) tejido sobre un fondo de resonancias salomónicas (el Cantar de los Cantares) en el que la voz de la esposa (o el alma) pena por encontrarse con el esposo (o Dios), a quien declara sus amores a lo largo de setenta y seis perlas poéticas.

Pero más allá del homenaje libresco, hace Sáez un ejercicio de sincera humildad, reconociendo la inefabilidad de la experiencia sobrevenida y delegando simbólicamente su expresión en la voz (o voces) que tan bien lo hicieron dentro de nuestra tradición poética, los que, en su momento, también reconocen su impotencia expresiva desde la magnitud y naturaleza de su vivencia y se quedan “balbuciendo, / toda ciencia trascendiendo”. Se trata de la inexcusable y natural renuncia del místico al propio yo, a la que José Antonio Sáez le da esta forma. Así, el lector se ve transportado, en las claves prestadas/exaltadas de Juan de Yepes y de los místicos orientales de los que este, directa o indirectamente, era deudor, por el dolor del alma incomprendida en su amor por Dios, por la oscuridad en la que transita y, al fin, por su “Andar en la certeza, pese a la oscuridad. Avanzar entre tinieblas, paso a paso. No haber dudado, pese a no ver”. Para ello, el poeta se mueve entre símbolos utilizados por Juan de la Cruz y por la mística universal, como pueden ser el lenguaje de los pájaros, el vino, la alta roca o el ciervo vulnerado. Aunque la simbólica central gira en torno al amor de la esposa por el esposo, del alma por Dios y el camino lleno de obstáculos y dolor pero también de alegría e iluminación que esta relación de amor implica.
No sólo, en fin, un valioso aporte más a la poesía sino otro testimonio para aquellos que siguen el camino del espíritu, de innúmeras manifestaciones y de un solo sentido.