tag:blogger.com,1999:blog-44290862033966478002024-03-10T10:50:32.789-07:00SIEMPRE TENDREMOS GUTENBERGNotas de lectura de Félix Morales PradoFélix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.comBlogger63125tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-21101713025013570092023-06-17T06:08:00.003-07:002023-06-18T07:23:58.134-07:00EL CRÁNEO DE BALBOA, de Rafael R. Costa<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF-G4NadANciEdMQjwz48tYn3I3lF5A0yko8TzVwSGobJVjLJVA67fEhm7Zuh_oPXXUvuO0V0XoNxZV4RmusXAVegU-cp_zv7Bdoa6gfsEIJSp3i6UH75S0XZwy28NkgR3UWKV4r-txvgVzKqllwOMM2NSCVU3huNsekkdw01gVNzokAYJ7EnoHhCm4w/s1920/cr%C3%A1neo%20de%20balboa.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1920" data-original-width="1280" height="370" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgF-G4NadANciEdMQjwz48tYn3I3lF5A0yko8TzVwSGobJVjLJVA67fEhm7Zuh_oPXXUvuO0V0XoNxZV4RmusXAVegU-cp_zv7Bdoa6gfsEIJSp3i6UH75S0XZwy28NkgR3UWKV4r-txvgVzKqllwOMM2NSCVU3huNsekkdw01gVNzokAYJ7EnoHhCm4w/w246-h370/cr%C3%A1neo%20de%20balboa.jpeg" width="246" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">El
cráneo de Balboa</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><a href="https://www.amazon.es/Rafael-R.-Costa/e/B00756UJVW" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 14pt;">Rafael R. Costa</a></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">AmazonEncore<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Luxembourg,
2017<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif"; text-align: justify;"><span style="font-size: large;">"El craneo de Balboa",
interesante e intensa novela de aventuras que atrapa la atención del lector
desde el principio al final, incluye todos los elementos que el género exige,
acción, intriga, persecuciones, historias de amor, elementos exóticos y mágicos,
todos ellos enhebrados en una prosa que conjuga equilibradamente las vertientes
poética y narrativa.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif";">Las magníficas descripciones
ambientales, ya del Madrid de principios del siglo XX como de la vida en los
barcos de pasajeros de entonces, ya de la selva panameña y la construcción del
canal como del transcurrir cotidiano de los indígenas y de sus costumbres y
creencias o de la atmósfera de las ciudades selváticas con sus tugurios y
también locales y hoteles de lujo, revelan una minuciosa documentación y
permiten al autor trasladarnos a los espacios que la trama requiere.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif";">En esta última no entraré mucho para no
incurrir en lo que hoy, usando, como está de moda, un anglicismo, han dado en
llamar spoiler; es decir, desvelamiento del desenlace. Pero sí diré que este
último no está exento de sorpresas, tras un desarrollo que podría enmarcarse
dentro de la tradicional estructura del relato de Propp, que el formalista ruso
aplicase a los cuentos de hadas pero en la que encajan perfectamente desde la
Odisea a la mayoría de las grandes obras narrativas de la historia. Un estado
inicial de felicidad y esperanza, un quebrantamiento de la norma tras el que el
agonista tiene que partir para buscar el remedio a las consecuencias; viajes,
pruebas, socorros, todo ello actuado por un héroe rodeado de agresores,
auxiliares, antagonistas, donantes…</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif";">Un aspecto a destacar especialmente en
la novela de Rafael Rodríguez Costa, como ya he hecho notar, es la
ambientación. Cuando Leonardo Prado Sandoval pasea por el Madrid de principios
del siglo veinte, el lector se ve inmerso casi sin darse cuenta en aquella
ciudad del rey Alfonso XIII y el anarquista Mateo Morral, en las fastuosas
fiestas de la llamada buena sociedad y en las multitudes populares que se
agolpaban a sus puertas para admirarlas. Cuando Raimundo Delgado luche dentro
de la selva panameña por conservar su vida y, a veces, salvar la de otros, el
que lee estará entre lianas y nubes de mosquitos portadores de la malaria,
inmerso en una sinfonía de monos aulladores y gritos de pájaros exóticos,
perdido en intrincados laberintos, atormentado por el calor insoportable y por
la lluvia y fascinado por la belleza de la jungla mesoamericana.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif";">Lo racional y lo
irracional, lo científico y lo mágico, se mezclan, procurando una imagen
verdaderamente realista del mundo, así como de la vida, que se nos muestra en
sus distintos contrastes: violencia y amor, heroísmo y traición, éxtasis y
fracasos…</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif";">Los personajes, trazados con mano
experta más a través de sus acciones que de maneras más explícitas, son de una
prodigiosa verosimilitud, absolutamente humanos y muy alejados de las
exageraciones y estereotipos a los que puede fácilmente resbalarse el autor en
narraciones de este tipo. No estamos ante un cuento de buenos y malos. Y,
aunque naturalmente, unos despiertan más las simpatías y otros las antipatías
del lector, todos tienen, en mayor o menos medida, sus luces y sus sombras.
Pero, sobre todo, están bien modelados y adecuados a su contexto, son creíbles.
Desde María Eugenia, primer amor del protagonista en la historia y exponente de
los primeros feminismos, que ya se manifestaban en la época, pasando por
Francisco Pizarro, verdadero Sancho Panza del quijotesco protagonista, tan
alejado de este en la escala social y, como el escudero de La Mancha, tan leal,
noble y pragmático, hasta los antagonistas, el celoso y avieso Doctor Maverick
o el detective Apolonio Garcés, contrapunto humorístico y que roza lo ridículo
hasta Ava Hibbard, segundo y verdadero amor de Leonardo (de la que no podemos
decir nada más porque destriparíamos la trama, haríamos spoiler, pues. Todos
los personajes, en fin, que desfilan ante nosotros a lo largo de la novela: los
trabajadores del Canal, la cofradía de los doctores, los indios chocoes y su
chamán jaibana, los masones y su ceremonia de iniciación…</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif";">Todo ello, perfectamente dibujado y
dosificado, da como fruto una aportación invaluable no sólo al género de
aventuras sino a las llamadas novelas de iniciación, entre las que constituye
un notabilísimo ejemplo.</span></span></p><br /><p></p>Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-45052817784847097312023-04-05T04:36:00.000-07:002023-04-05T04:36:06.786-07:00REFRITOS TEATRALES, de Gallud Jardiel, Enrique<p style="text-align: left;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpw7IIp-8BsDhMndqkHG_Rwgdtk-9XVtGMwAWVtR3FDyyAeY6rigaHsG7J1DCZHS1fkwNzuac1eEG48OkvC37vfK3Keas7OLenWZs8Jdfa5nPZdC0j4x4lRh2wH3R2rRTCrQWM6VnfkTl22qTxMM7EBtUUX99_vnHf9aQ1qjgAUGLxO84JiqlBp0ba2A/s4096/Refritos%20Teatrales.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4096" data-original-width="2731" height="342" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpw7IIp-8BsDhMndqkHG_Rwgdtk-9XVtGMwAWVtR3FDyyAeY6rigaHsG7J1DCZHS1fkwNzuac1eEG48OkvC37vfK3Keas7OLenWZs8Jdfa5nPZdC0j4x4lRh2wH3R2rRTCrQWM6VnfkTl22qTxMM7EBtUUX99_vnHf9aQ1qjgAUGLxO84JiqlBp0ba2A/w227-h342/Refritos%20Teatrales.jpeg" width="227" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">REFRITOS TEATRALES</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: large;">Enrique Gallud Jardiel</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: large;">Ápeiron Ediciones</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: large;">Madrid, 2023</span></p>
<div><span style="font-size: large;">En su libro “Refritos teatrales” Enrique
Gallud Jardiel resume y versiona con gran acierto diecinueve textos dramáticos
de la literatura universal, unos más conocidos, como “La malquerida”, de Jacinto
Benavente, “Otelo”, de Shakespeare, “Un marido de ida y vuelta”, de Jardiel
Poncela, “Un enemigo del pueblo”, de Ibsen o “La barca sin pescador”, de
Alejandro Casona y otros menos, así “Don Manolito”, de Luis Fernández de Sevilla y
Anselmo C. Carreño o “El asombro de Damasco”, de Antonio Paso y Joaquín Abati.
En el abordaje de esta tarea utiliza el recurso, ya usado en otros libros
suyos, de alternar la prosa con el verso, lo que, para empezar, además de
imprimirle su sello personal colabora con la amenidad de la lectura. Por otra
parte, puedo asegurar que el leyente se lo pasará muy bien con ese peculiar
sentido del humor tan bien aplicado por Gallud a la literatura seria, con su inteligente
uso de equívocos, juegos de palabras, distorsiones, actualizaciones cómicas,
anacronismos o hipérboles que, sobre conseguir mantener la sonrisa y la
atención, nos arranca periódicamente francas carcajadas… Una compilación que
resulta, en definitiva, muy entretenida y un adecuado primer acercamiento a las
obras teatrales que en ella se tocan o, en caso de ya conocerlas, un sabroso recuerdo
humorístico de estas. </span></div></div><p style="text-align: left;"></p><div style="text-align: justify;"><br /></div> <p></p>Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-29148587423073580532022-11-14T10:05:00.003-08:002022-11-14T12:00:42.425-08:00LA INTERPRETADORA DE SUEÑOS, de Rafael R. Costa<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEib26KHPIX6BvQMWdvrvtUPpxAc8w9KNyGpIiAn0No2GW3HhtinAnjVyZPJHIlKGAN46AMrQGW_qa8pmK3fvBFmVSw3r7x0wMoLghC5qOIg154_fIUo-YRq-2LQr86Tz2DRrxTzjiK3qVyC4yZuRSboepn5GaiAxsp-ZHkGyJNz5WYyV2MX--E4dO9cWA/s2680/Rafael%20R.%20Costa.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2680" data-original-width="1738" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEib26KHPIX6BvQMWdvrvtUPpxAc8w9KNyGpIiAn0No2GW3HhtinAnjVyZPJHIlKGAN46AMrQGW_qa8pmK3fvBFmVSw3r7x0wMoLghC5qOIg154_fIUo-YRq-2LQr86Tz2DRrxTzjiK3qVyC4yZuRSboepn5GaiAxsp-ZHkGyJNz5WYyV2MX--E4dO9cWA/w260-h400/Rafael%20R.%20Costa.jpg" width="260" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%;">LA INTERPRETADORA DE SUEÑOS<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Rafael R. Costa<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Espasa Libros</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Barcelona, 2014</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Rafael
R. Costa es un novelista de raza que con descripciones que rozan el lenguaje
poético (no en vano el autor cultiva también este género) y diálogos bien
equilibrados nos conduce en esta ocasión en “La interpretadora de sueños” por
las aventuras de Georginas, una joven madre viuda que busca una solución a su
vida y recuperar la herencia paterna de su hijo en el conflictivo mundo de los
preludios y comienzos de la segunda guerra mundial.</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt;">Los nazis están a punto de invadir Checoslovaquia.
El relato arranca con la protagonista dirigiéndose a una cita en medio de una
ciudad de Praga repleta de escenas casi surrealistas y simbólicas cuya
descripción va introduciendo al lector en el ambiente de la narración. De
golpe, casi interrumpiendo la densa exposición de cerca de quince páginas
repleta de detalles, se nos revela un dato inesperado. La identidad de la
persona con la que la mujer va a encontrarse. Una frase (“Ese hombre era Franz
Kafka”) consigue engancharnos, por si ya no lo estábamos, definitivamente a la
historia. Será un recurso que Rafael R. Costa utilizará a lo largo de toda la
trama, introduciendo en ella como personajes a figuras de la cultura de la
época conocidas por todos, así como los Freud, padre e hija, un joven Hemingway
que inicia sus primeros pasos, un Scott Fitzgerald un tanto sinvergüenza o el
famoso mago Houdini, así como siniestros personajes del nazismo, Himmler,
Goebbels o el mismísimo Hitler. El periplo de Georginas, lleno de peripecias
propicias y nefastas, transcurre entre Praga y Estados Unidos, lugar en el que
decide convertirse en interpretadora de sueños, actividad que le reportará
sustanciosas ganancias y la colocará en una situación próspera y que le
permitirá conectar y alternar con lo más adinerado de la sociedad. Sucesos
sorprendentes, uno tras otro, van funcionando como jalones que impulsan al
lector a seguir leyendo y acrecientan su interés conforme el relato
transcurre. El regreso de Georginas a una Europa entrando ya en las garras de
los nazis, contra la opinión de su hijo y de sus amigos, dará comienzo a la
parte más dramática de la novela, entre temporadas con la resistencia judía y
otras en campos de concentración en las que seremos testigos de escenas
realmente crueles y espeluznantes. El tramo último constituye, a mi modo de
ver, el más intrigante y el final no es, en absoluto, el que podría esperarse;
totalmente sorprendente, no lo destriparé, por supuesto, no haré spoiler, como
se dice ahora.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Una
novela que, desarrollándose entre la magia y el drama con un correctísimo sentido
del ritmo, un impecable dominio del arte narrativo, una estructura
perfectamente construida y asequible, sin por ello ser monótona, un léxico rico
sin caer en el barroquismo y una indudable documentación histórica, resulta
excelente no sólo en la totalidad de la narración sino también en lo que se ha
dado en llamar calidad textual o de párrafo. Quiero decir que, abierto el libro
al azar por cualquiera de sus páginas, su lectura atraerá inmediatamente al
buen lector de literatura.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Obra,
en fin, que anota a Rafael R. Costa como uno de los mejores novelistas
onubenses, si no el mejor, y de este país.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Absolutamente
recomendable.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p><p></p>Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-21309486877390457782022-11-11T09:12:00.001-08:002022-11-11T11:23:17.631-08:00EL LIBRO INCOMPLETO DE LOS LOCOS, de Enrique Gallud Jardiel<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr5_PR565BPH7koj_fB-Fgp6Iyb173yX5gvojG74ZB71E__j3wg7_Fe9y6nmbGo7JbnVHc0B4e35r7kZZjB-686pReu3wm229w00-GTzET0Mz0Bzxxk5Op0GTfgb-pMeebV3oRPZUW_VsEhcYWuRc7l6Z4lnDm3V1rL2Kt-Dai1j_NFqTBoxkEOyxv2Q/s908/Enrique%20Gallud.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="908" data-original-width="584" height="382" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr5_PR565BPH7koj_fB-Fgp6Iyb173yX5gvojG74ZB71E__j3wg7_Fe9y6nmbGo7JbnVHc0B4e35r7kZZjB-686pReu3wm229w00-GTzET0Mz0Bzxxk5Op0GTfgb-pMeebV3oRPZUW_VsEhcYWuRc7l6Z4lnDm3V1rL2Kt-Dai1j_NFqTBoxkEOyxv2Q/w246-h382/Enrique%20Gallud.jpg" width="246" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">EL LIBRO
INCOMPLETO DE LOS LOCOS<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">Enrique
Gallud Jardiel<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">Ápeiron
Ediciones<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">2022<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 150%;">Siempre he estado convencido de que el género
humorístico. injustamente considerado menor, es el más difícil y
meritorio en literatura. Entre mis primeras lecturas estuvieron Guareschi,
Woodhouse o el antepasado del escritor de este "El libro incompleto de los
locos". Es relativamente fácil emocionar, conmover estéticamente e incluso
hacer llorar al lector. Basta con un poco de sensibilidad, algo de técnica que
se adquiere con tiempo, lecturas y no demasiado esfuerzo. Y no plantearse
mucho la discutible utilidad de despertar estas pasiones tan poco
constructivas en nuestros semejantes. Para hacer reír y desvelar los aspectos
cómicos de la existencia hay que poseer cualidades especiales. Como resulta que
la vida no suele experimentarse como algo precisamente cómico, hay que tener
mucho ingenio, imaginación, inventiva. Y, sobre todo, hay que tener lo que
nuestros padres y abuelos denominaban con esa ya desusada expresión latina, vis
cómica. Todo esto, sumado a una extensa cultura, lo posee en abundancia el
autor del libro que aquí comento. Enrique Gallud Jardiel, nieto del genial
Enrique Jardiel Poncela, miembro de la conocida como "La otra generación
del 27", junto a Mihura, Edgar Neville, Tono o Gómez de la Serna, ha
heredado sobradamente de su abuelo, actualizándolas para la época actual, todas
esas cualidades a las que aludo más arriba</span>.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">Alternando la prosa y el verso, el autor nos
conduce en esta obra por las vidas de una serie de personajes, Ivan IV de
Rusia, Mesalina, Nerón, Jack el destripador, Wagner, Kafka, Calígula, El
Marqués de Sade, etc, que, aparte de haberse hecho famosos por sus aportaciones a la humanidad, o las barrabasadas perpetradas contra la misma, en cada una de sus diferentes actividades o en
paralelo a ellas, desde las matemáticas o la física a la filosofía o la
literatura, pasando por el arte o la política, han trascendido a la Historia
por su reputación de orates. A unos, los trata con amabilidad, incluso con
ternura. A otros, merecidamente, con una acidez que se queda corta como castigo
comparada con lo que tendrían que haber recibido en vida. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 150%;"><span style="font-size: medium;">Mezclando hechos históricos con exageraciones o
distorsiones impregnadas de ironía, Enrique Gallud nos propone la lectura de un
texto escrito en un lenguaje sencillo (el más complejo de conseguir), sin pretensiones
retóricas que pudiesen liar al receptor y en una clave humorística crítica que
atiza a diestro y siniestro (entiéndase esto también en sus posibles acepciones
éticas e ideológicas), que asegura la sonrisa, al mismo tiempo que ilustra
divirtiendo, e incluso la franca carcajada, como, es sólo un ejemplo, en el
capítulo dedicado a Nicola Tesla, inteligente juego de palabras y equívocos que
a mí, literalmente, me ha hecho llorar de risa.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 150%;">Una breve obra que no defraudará a nadie y que
nos adentra, sin tendenciosidades, en una visión cómica de esta serie de
polémicos personajes como sólo los grandes maestros del humor saben hacerlo.</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p>Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-85807399904486136222021-09-28T04:08:00.002-07:002021-10-08T01:01:01.057-07:00EL HOMBRE QUE YA NO TENÍA NADA QUE HACER, de Peter Bichsel<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGmiHF8R81suo0z00_fTbRSjyvIP6DjHHLyXcVRppXxzh-jTiUhRrL_2T37sl6LEcdmouneg7bqI9yt_UHQhc_TWVB30nMZZh0ohOfYWgWPAERzHG9z4K2nVGlClPQzLtgWW4sqj28lT0i/s477/IMG_20210928_124206.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="477" data-original-width="339" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGmiHF8R81suo0z00_fTbRSjyvIP6DjHHLyXcVRppXxzh-jTiUhRrL_2T37sl6LEcdmouneg7bqI9yt_UHQhc_TWVB30nMZZh0ohOfYWgWPAERzHG9z4K2nVGlClPQzLtgWW4sqj28lT0i/s320/IMG_20210928_124206.jpg" width="227" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><h3 style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">EL HOMBRE QUE YA NO TENÍA NADA QUE HACER<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.m.wikipedia.org/wiki/Peter_Bichsel" target="_blank">Peter Bichsel</a><br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Traducción: José A. Santiago Tagle<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Ilustraciones y cubierta: Alfonso Ruano<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Ediciones SM<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Madrid, 1992</span></span></h3>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Leí
este libro por primera vez cuando tenía veintiún años, allá por 1973, pero bajo
el título de “Cosa de niños”, más cercano al original alemán
“Kindergeschichten”, que significa algo así como “Historias de niños”. Con
posterioridad, lo he visto publicado un par de veces más al menos, llamado de
distintas maneras; una, esta que presento aquí y otra, en la que se le denominó
“Una mesa es una mesa”, ambas toman el nombre del tomo de alguno de los cuentos
que lo integran. Todas las ediciones están conformadas por los mismos siete relatos, unos
relatos en los que el juego con los conceptos, con el lenguaje, y la subversión
de la idea consuetudinaria de la realidad, son la clave de un originalísimo
humor que destila una filosofía inductora de un asombro muy parecido al de la
infancia que se sumerge en el mundo por primera vez con una sensibilidad
virgen.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">¿Qué
dirían de un hombre que quiere comprobar que la tierra es realmente redonda
caminando siempre en línea recta hasta encontrarse nuevamente en el mismo lugar
del que ha partido? ¿O de otro que decide cambiarle el nombre a todas las cosas
y llamar a la mesa, vaso, al vaso caballo, al caballo, planeta…? ¿Y si
resultara que América, en realidad, no existe? ¿Qué pensarían de un inventor
que inventa cosas que ya están inventadas? ¿Puede alguien llegar a no querer
saber nada y olvidarlo todo voluntariamente? De semejantes supuestos parte
Peter Bichsel y desde ellos va construyendo delirantes historias que no dejarán
de maravillarnos, asombrarnos, hacernos reír y hacernos pensar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Es
una de esas obras que (como, por ejemplo, “El Principito”) están consideradas infantiles
y que no lo son en modo alguno. Aunque, naturalmente, puede ser leída por un
niño, su profundidad y la inteligencia de su humor, la sitúan en el territorio de un público lector más universal.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Si,
por alguna razón, la vida llegase a implicarme en algún “donoso escrutinio”
similar al que hacen el cura y el barbero en la librería del Quijote, sin duda
alguna que, de encontrarse en los anaqueles, este del que aquí he hablado sería
uno de los libros que salvaría.<o:p></o:p></span></p></div><br /><p><br /><br /></p>Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-91610445086023671992021-09-14T11:03:00.001-07:002021-09-14T11:10:50.964-07:00Chiquillos, de William Saroyan<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNP87sp6fQHxE-ip5gB4eqFZhrWczZhGWVhPDG62CCvAXyqbgMlCmQY6tdb9cLAE_UNqP6qSLHesIk03UDbZ6fN2w5bZc0qkpnymYaKcaKxaRdMfRLMnuMFBy5oEZbW5SR2RGrnFzU3s-P/s638/chiquillos+para+blog.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="638" data-original-width="368" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNP87sp6fQHxE-ip5gB4eqFZhrWczZhGWVhPDG62CCvAXyqbgMlCmQY6tdb9cLAE_UNqP6qSLHesIk03UDbZ6fN2w5bZc0qkpnymYaKcaKxaRdMfRLMnuMFBy5oEZbW5SR2RGrnFzU3s-P/w231-h400/chiquillos+para+blog.jpg" width="231" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="background: white; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 8.65pt;"></p><h2 style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: left;"><span style="font-weight: normal;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Chiquillos<br /></span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;"><span style="color: #034581; font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; text-decoration: none; text-underline: none;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/William_Saroyan" target="_blank">William</a></span></span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/William_Saroyan" target="_blank"> Saroyan</a><br /><o:p></o:p></span><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Traducción:
Luis Landínez<br /></span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ediciones G.P.<br /></span><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Barcelona 1959</span></span></h2>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Narrados
con humor y ternura en un lenguaje sencillo, los relatos que componen este
libro reflejan los recuerdos de un inmigrante armenio en la Norteamérica de la
Gran Depresión, que incluyen la añoranza de la tierra natal y el orgullo por su
cultura y también la solidaridad ante forasteros en circunstancias parecidas,
como en “Los mejicanos”, lo que los hace estar muy de actualidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">No
tienen tramas complejas ni alambicadas, ni sorpresa final. Son como las
anécdotas del día a día que se cuentan entre sí los amigos, muy próximos a
determinado minimalismo, en cierta tradición americana en la que podríamos
incluir los cuentos de Carver, con el que, por supuesto, y a pesar de la
crítica social que emana de sus textos, no comparte la amargura ni el
escepticismo, sino que, dentro de esta línea de un realismo expresado en un
lenguaje desnudo, sabe encontrar la poesía de lo cotidiano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Saroyan
destila un hondo humanismo; se conmueve, y nos hace conmovernos, ante humildes
detalles, ante las pequeñas tragedias de sus personajes. Ante el albañil que
enluce feliz una pared mientras traba amistad con unos niños y ante el pobre
Sam, que morirá a los dieciséis años y que lloraba siempre aunque la gente
creía que se estaba riendo. Y sonríe y se sorprende y se conmueve con Elmer,
empeñado (para perplejidad de todos) en celebrar un campeonato de ascensoristas
para demostrar que es el mejor de esa profesión.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">A
través de la vida de una galería de personajes, novelescos aunque comunes,
explora la naturaleza humana y refleja el pensamiento simple de la gente de la
calle mientras expone, entrelíneas, una profunda filosofía, ya vitalista, ya trascendente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Es
una lástima en esta vieja edición la traducción no del todo buena y la gran
cantidad de erratas propias de algunas colecciones populares de la época. Y,
aunque el lector avispado puede subsanarlo en un ejercicio de lectura crítica,
no estaría mal que algún editor se animase a volver a publicar esta obra en
español</span><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-22689143748647171822021-09-11T14:22:00.002-07:002021-09-14T11:06:17.497-07:00EL CANTO XXV, de Ricardo Bada<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuf5Lv8i2NEhegVaDGfXfw-BzJcZNdzXsL-u5UKHuXk3GYnxDIulwARFNxpamEEnERu-zPUzpU5aRBxntKZgfD8IO7mvV4Rck0hXoTks4-jvC1rV-cBvffT6Bk1xprCou0n53q6PyDUcnV/s1130/Portada+de+EL+CANTO+XXV.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1130" data-original-width="802" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuf5Lv8i2NEhegVaDGfXfw-BzJcZNdzXsL-u5UKHuXk3GYnxDIulwARFNxpamEEnERu-zPUzpU5aRBxntKZgfD8IO7mvV4Rck0hXoTks4-jvC1rV-cBvffT6Bk1xprCou0n53q6PyDUcnV/w284-h400/Portada+de+EL+CANTO+XXV.jpg" width="284" /></a></div><br /><p></p><h2 style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;"><span style="font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">EL CANTO XXV<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_Bada" target="_blank">Ricardo Bada<br /></a></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;"><a href="https://www.auroraboreal.net/aurora-boreal" target="_blank">Editorial Aurora Boreal<br /></a></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Copenhague, 2018</span></span></h2>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Como
ya hiciera James Joyce en su archiconocido (no sé si tan leído) “Ulises”,
Ricardo Bada recrea en esta <i style="mso-bidi-font-style: normal;">nouvelle</i>
la obra homérica. Pero, muy al contrario del indudablemente meritorio y más
pesadísimo irlandés, el igualmente magnífico –que no plúmbeo- onubense ubicado
en Colonia, lo hace en una clave de humor (a la que no faltan algunas
pinceladas dramáticas) que no cesará de arrancar sonrisas al lector en su
periplo por el texto y de divertirlo con las peripecias y reflexiones de los
odiseicos personajes constituidos por una pandilla de jóvenes de Huelva que
hacen del espacio entre esta y Punta Umbría sobre todo, su Mediterráneo
particular.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">A caballo entre la década de los cincuenta y
los sesenta del siglo XX, eran aún esos lugares lo suficientemente novelescos
como para no desmerecer de la narración de un Homero (el que narra, Dick) que
parte de la ciudad de los cabezos hacia aquel, junto al mar, mar de dunas,
chozas de marineros y casas más o menos coloniales que constituía el ya
entonces pueblo turístico y de pescadores, para abordar unas aventuras en las
que “Héctor es Héctor, Verónica es Andrómaca, Luigi es Ulises, Marilena es
Helena, Wendy es Menelao…”. Y Narcisa es Nausicaa. Guadalupe queda en la
capital tricotando un suéter para Luigi mientras le guarda la ausencia como
buena Penélope hasta que, informada de sus veleidades, deja de guardársela.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">En
guateques que acaban como batallas campales, confidencias y cotilleos que
serpentean entre amores e infidelidades, visitas a tabernas en las que un
Polifemo borracho y exaltado llora con desgarrada queja la pérdida de sus
atributos viriles durante su estancia en la Legión Francesa, arribos a
prostíbulos delirantes, islas de Circe situadas en medio de nocturnos arenales
(“La casa de Marta La Potenta, bloque de sombra magnética en el corazón de la
noche, era un chalé de los primeros tiempos de Punta Umbría como balneario.
Arquitectura inglesa…”), naufragios, rescates y folletinescas adopciones, se
desarrollan estas andanzas de iniciación que, más que de una forma heroica,
culminan de la burguesa manera que corresponde a sus agonistas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Con
el estilo irónico que lo caracteriza, el autor construye un texto en el que la
mezcla de abundantes referencias a su fuente clásica y a otros autores (Blake,
Machado, Steinbeck…) y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el uso de extravagantes
onubensismos de etimología inglesa (espiritati, chipichanga…), que trufan el
discurso eruditamente esnob de los dramatis personae, consigue un efecto cómico
de farsa entreverado de inquietudes existencialistas que reflejan las que
empaparon la generación del escritor, de la que este hace, con cariño y ternura
evidentes, una crítica basada en las contradicciones de aquella.<o:p></o:p></span></p>Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-60098690396887153222021-09-04T02:53:00.004-07:002021-09-11T14:24:31.872-07:00Y UNA TARDE CUALQUIERA ESPARCES MIS CENIZAS EN EL MAR, de José Luna Borge<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJwv8bWKJ160sTlm4698ZESz5394ruqfzlS8QUHKFvV4COCyRBJOm5U9wa34pYj3W2Cc-P71iKoRsHyqTMfqSFeN65er89GJr1uBb-f5hcFRJQeMGkKDvd1c1W08BIQ0BbphosRM7nGtg9/s500/y+una+tarde+cualquiera.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="355" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJwv8bWKJ160sTlm4698ZESz5394ruqfzlS8QUHKFvV4COCyRBJOm5U9wa34pYj3W2Cc-P71iKoRsHyqTMfqSFeN65er89GJr1uBb-f5hcFRJQeMGkKDvd1c1W08BIQ0BbphosRM7nGtg9/w284-h400/y+una+tarde+cualquiera.jpg" width="284" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"></p><div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: left;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">Y UNA TARDE CUALQUIERA ESPARCES MIS CENIZAS
EN EL MAR<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Luna_Borge">José Luna Borge</a><br /></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;"><a href="https://www.eolasediciones.es/" target="_blank">Eolas Editorial</a><br /></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">León, 2020</span></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-themecolor: text1;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify;">La muerte, sobre todo cuando te concede (o te
condena a) tiempo para pensar en su inminente inevitabilidad, impone o
construye un espacio de reflexión previo a su llegada que da ocasión a la catarsis.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 0cm 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-themecolor: text1;">La novela de José Luna Borge la vertebran las
relaciones entre dos hermanos ante la situación límite e irreversible de la
muerte próxima de uno de ellos, Santi, que permanece ingresado en una clínica
para enfermos terminales pasando sus últimos días de vida, en los que lo
acompaña Pepe. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 0cm 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-themecolor: text1;">A lo largo de diez jornadas en una Barcelona
que el autor describe con pinceladas certeras y eficaces conducentes a trazar
el marco, el ambiente, oportuno dentro del que se desarrollan los hechos, ambos
protagonistas despliegan un diálogo en el que navegan por y profundizan en temas
vitales, no sólo para quienes afrontan situaciones límites como la que embarga
a Santiago, sino para todos los seres humanos. Pues todos, a fin de cuentas (y
así se nos da a entender entrelíneas) acabaremos afectados por ellas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 0cm 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-themecolor: text1;">En sus conversaciones, teñidas de la angustia
y la amargura inevitables, pero también de una ternura que las redime en lo
posible, analizan temas tan serios en la condición humana como la amistad y la
familia, la lealtad o la traición, la culpa, la fugacidad de la dicha, la soledad,
el desamparo ante la muerte y su enigma o la naturaleza libre o fatal de las
elecciones que conducen nuestra vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 0cm 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-themecolor: text1;">Con planteamientos alejados de todo
maniqueísmo, tal las pasiones opuestas que se alojan dentro de un mismo
personaje (así en el caso de la codicia que acompaña a la generosidad de Paco),
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el relato, más allá de juzgar los
comportamientos, pretende comprender el enigma de los sentimientos, del gozo o
el dolor, del amor o el desapego, incluso el odio, que embargan, a lo largo de
su ciego periplo, a esa desprotegida y vulnerable criatura que es el ser
humano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 0cm 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-themecolor: text1;">En una acción y espacio paralelos a los de la
tragedia que se está produciendo en sordina en la habitación de una clínica
para moribundos, desfilan personajes que ponen el contrapunto o hacen eco al
drama de Santi, gente que lo ignoran sin atender al hecho de que nada más que
se encuentra en la misma situación a la que ellos también llegarán más o menos
tarde; u otros desheredados de la fortuna, como el extraño vagabundo pobremente
atildado que da, en una escena casi onírica, una filosófica lección de
estoicismo: “He sido sólo una sombra en la masa. Hubo un tiempo en que me
atraían las multitudes porque entre ellas, siendo nadie, era soberano, pero me
cansé y anduve errante durante largos años. He dormido en habitaciones
solitarias. Ahora soy pobre, más pobre que muchos, pero un día fui algo más
rico, no lo echo de menos. Mi infancia ha desaparecido, mi juventud se quedó en
el camino. Nada importa: lo que ha ocurrido es porque tenía que ocurrir, lo que
sucede me acompaña y me gusta y no le pido nada a lo que viene”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 0cm 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-themecolor: text1;">Aunque el final suma a la amargura de la
desaparición del hermano la desazón producida por la actitud mezquina de otros
allegados, completando así el cuadro de un triste desencanto del mundo,
fogonazos de luz aquí y allá, como el insobornable afecto fraterno, la ternura
de la madre o la felicidad procurada por encuentros ocasionales, arrojan
rastros de consuelo, y quizá de esperanza, en este claroscuro de inexcusable
lectura que nos ofrece José Luna Borge.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 10.0pt; margin: 10pt 0cm 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-themecolor: text1;">En esta novela, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en fin, de marcado corte existencialista, el
autor nos sitúa, con el estilo magistral y sobrio al que nos tiene
acostumbrados en los cinco tomos de su dietario “Veleta de la curiosidad”, frente
a dilemas fundamentales de la vida y, en definitiva, al problema esencial de su
sentido.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-55824772066510974572019-10-04T11:55:00.000-07:002019-10-04T12:05:16.281-07:00Voces de La Vera, de Juan Villa<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0HB3EFv4Y_GOyuMmLl7Ri0sV154VzHP8o42VfDmOwXkq8Pc8ekb4txK42r0Y-a2wt9xdlYOmbVNwpEh4e-ZpQmepHdNo0ktfhfMAEbFE5bWDRKwjL3UPvD3iKfBt4_t7feBeOs41LMYJF/s1600/Voces+de+la+Vera.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1187" data-original-width="759" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0HB3EFv4Y_GOyuMmLl7Ri0sV154VzHP8o42VfDmOwXkq8Pc8ekb4txK42r0Y-a2wt9xdlYOmbVNwpEh4e-ZpQmepHdNo0ktfhfMAEbFE5bWDRKwjL3UPvD3iKfBt4_t7feBeOs41LMYJF/s400/Voces+de+la+Vera.png" width="255" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Voces
de la Vera<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://biblioteca-virtual.fandom.com/es/wiki/Juan_Villa">Juan Villa</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial
Comba<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona
2018<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">En “Voces de la Vera”
Juan Villa se mantiene en el tema característico de prácticamente toda su obra
narrativa, Doñana, que constituyendo en novelas como “Crónica de las arenas”,
“El año de Malandar” o “Los Almajos” primordialmente el espacio narrativo,
aunque este informe al resto del relato, pasa aquí a ser no sólo eso sino
también personaje que contiene en su seno a los otros personajes, a Manuel
Montero, a Monterito, al Tío Cardales, a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pepe Menegildo, a Nemesio el Pajarero, a
Tórtola Triana, al falangista Amaro Gruñeiro, al terrible Agustín el Rifeño,
rey de la playa, a Evaristo y su mujer hindú, a Pedro Rompejierro… quienes, a
través de sus historias, van contando la de su lugar. De manera que “Voces de
la Vera” no es sólo una colección de relatos, como podría parecer, sino que,
engarzados y situados dentro de un mismo tiempo narrativo, cuentan, entre
todos, la historia más reciente del espacio en el que se desarrollan.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Si bien, como en toda
novela, parte de ella es pura ficción, otra procede de lo que podríamos llamar
ya la tradición oral de la Vera, de la narración de sucedidos hecha por los
mismos protagonistas o por sus descendientes. Por eso, con todo lo que tiene de
legendario, este relato puede considerarse también como una aportación a la
historia contemporánea de Doñana, una historia cincelada desde la visión de sus
protagonistas y desde su lenguaje, magistralmente recogido por Villa, cuya
utilización del léxico (violo, nocle, luneo) y de los modismos y expresiones
utilizados en el sitio, contribuye a trasladar al lector al ambiente que
describe. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">De lectura entretenida,
los episodios que nos sumergen en la peculiar geografía y naturaleza del coto,
como el inicial, alternan con los que tienen un intenso contenido poético, así “Los
gitanos: el equívoco rapto de Tórtola Triana” o “La mujer de Evaristo”, o con
los cómicos, “Los visitantes”, que llegan a ser desternillantes (“El NO-DO”) o
patéticos, en el sentido exacto de la palabra, como “¡Adios Paloma! El ocaso de
Juanelo, celebrado costero de La Vera”. Y, si bien los capítulos que
constituyen cronológicamente el final de la novela son los dos últimos, “La camioneta”
y “Epílogo”, el final simbólico yo lo situaría en “Los dos gamitos”, como
metáfora del hundimiento de un mundo, el mundo del Coto tradicional, el mundo de los Montero, del Tío Cardales, de Pepe Menegildo, que va dando paso a la modernidad representada por los biólogos o el turismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Escrita y resuelta con
el oficio propio del autor, “Voces de la Vera” es una novela muy
recomendable que, sobre procurarnos un rato de goce estético, nos introduce en
un grado más de conocimiento de la geografía física, la geografía humana y la
cultura del Coto de Doñana. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">A resaltar
especialmente las magníficas ilustraciones del dibujante y catedrático de
Bellas Artes Daniel Bilbao.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<br /></div>
Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-30801801787996624252019-05-26T05:12:00.000-07:002019-05-26T06:23:40.728-07:00Los ojos deseados, de José Antonio Sáez<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9sTwbdiAqzD8JApMV_bJh0_GK9nl-UcRRcjloDrl1EyaqscT2l9Nrsd7wwvzXE3k0sH7gfynapVwCDuINhJjRd4A1PzETmfVJbweBrNBKg0Re0wgJNwtf50JnW7BeuJCKSGk1kBbhZffB/s1600/ojos+deseados.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="188" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9sTwbdiAqzD8JApMV_bJh0_GK9nl-UcRRcjloDrl1EyaqscT2l9Nrsd7wwvzXE3k0sH7gfynapVwCDuINhJjRd4A1PzETmfVJbweBrNBKg0Re0wgJNwtf50JnW7BeuJCKSGk1kBbhZffB/s400/ojos+deseados.jpeg" width="250" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Los ojos deseados<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://www.alhulia.es/es/author-book/jose-antonio-saez/">José Antonio
Sáez</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Alhulia<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Granada 2019<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Poemario
en prosa de corte místico, “Los ojos deseados", de José Antonio Sáez, es ya desde el título un homenaje a Juan de la Cruz, lleno de referencias
intertextuales de este autor (pero también de Góngora, Miguel Hernández, Teresa de Jesús, el
evangelista Juan o el Éxodo…) tejido sobre un fondo de resonancias salomónicas
(el Cantar de los Cantares) en el que la voz de la esposa (o el alma) </span><o:p></o:p><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">pena por
encontrarse con el esposo (o Dios), a quien declara sus amores a lo largo de
setenta y seis perlas poéticas.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Pero más
allá del homenaje libresco, hace Sáez un ejercicio de sincera humildad,
reconociendo la inefabilidad de la experiencia sobrevenida y delegando
simbólicamente su expresión en la voz (o voces) que tan bien lo hicieron dentro
de nuestra tradición poética, los que, en su momento, también reconocen su
impotencia expresiva desde la magnitud y naturaleza de su vivencia y se quedan “balbuciendo,
/ toda ciencia trascendiendo”. Se trata de la inexcusable y natural renuncia
del místico al propio yo, a la que José Antonio Sáez le da esta forma. Así, el
lector se ve transportado, en las claves prestadas/exaltadas de Juan de Yepes y
de los místicos orientales de los que este, directa o indirectamente, era
deudor, por el dolor del alma incomprendida en su amor por Dios, por la
oscuridad en la que transita y, al fin, por su “Andar en la certeza, pese a la
oscuridad. Avanzar entre tinieblas, paso a paso. No haber dudado, pese a no ver”.
Para ello, el poeta se mueve entre símbolos utilizados por Juan de la Cruz y
por la mística universal, como pueden ser el lenguaje de los pájaros, el vino,
la alta roca o el ciervo vulnerado. Aunque la simbólica central gira en torno
al amor de la esposa por el esposo, del alma por Dios y el camino lleno de
obstáculos y dolor pero también de alegría e iluminación que esta relación de
amor implica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">No sólo,
en fin, un valioso aporte más a la poesía sino otro testimonio para aquellos
que siguen el camino del espíritu, de innúmeras manifestaciones y de un solo
sentido.<o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-53132647277024926732016-10-12T08:38:00.000-07:002016-10-12T08:38:09.654-07:00El mar, de John Banville<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvSzHEDLb5hRmROnGmxji72wINaU_ZujRLWYdXWf4eLLN43yGHqepYryJVPBwZZB5lQ7ZJNC85bp50kYHLcMg950FYSS5U0tJ7tlTRszQHejwjnePQg-P9rPG47D49XqZbulSSDfaEVnIe/s1600/el+mar+banville.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvSzHEDLb5hRmROnGmxji72wINaU_ZujRLWYdXWf4eLLN43yGHqepYryJVPBwZZB5lQ7ZJNC85bp50kYHLcMg950FYSS5U0tJ7tlTRszQHejwjnePQg-P9rPG47D49XqZbulSSDfaEVnIe/s320/el+mar+banville.jpg" width="205" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">El mar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/John_Banville">John
Banville</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Trad: Damián Alou<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Anagrama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 2014<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Bajo un punto de vista meramente
estilístico o, por decirlo de otra forma, como objeto textual, este libro es
magnífico. Desde la primera frase, “Se marcharon, los dioses, el día de la
extraña marea”, se suceden párrafos y páginas enteras verdaderamente
memorables. Banville es, sin duda, un maravilloso creador de atmósferas,
aspecto de literatura que siempre me ha parecido fundamental, posiblemente el
que más valoro. Tal vez porque considero que la vertiente poética de cualquier
obra literaria constituye un elemento indiscutible a la hora de su evaluación.
Lo que no implica que lo poético vaya necesariamente asociado a lo heteróclito.
En lo que a poeticidad, o literariedad, se refiere, fui siempre seguidor de los
formalistas rusos y, al día de hoy, no he modificado mi opinión en ese asunto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Es, pues, “El mar”, de este autor
irlandés, evocador, sugerente, gozoso en sí mismo como pieza musical, al margen
de su efectividad narrativa, de lo que se cuenta. Y es que lo que se cuenta,
sin hacerse acreedor a un suspenso y a la luz de las expectativas que despierta
en el lector la brillante sinfonía verbal, deja mucho que desear. Se diría que,
tras la estupenda puesta en escena, esperamos unos acontecimientos que, tanto
en su anécdota como en su fondo, nos sorprendan e iluminen. Y no. No sucede eso.
El narrador-protagonista, tras un doloroso acontecimiento que destroza su vida,
se va al pueblo costero en el que veraneaba en su niñez. Allí, instalado en un
hotelito, rememora aquellos estíos: lo que, como queda dicho, Banville resuelve
con maestría. Ocurrir, no ocurre nada especialmente reseñable. Unos pintorescos
amigos y su final, más onírico que dramático, o la pequeña sorpresa última (insperada,
sí, pero carente de fuerza como explosión de cohete húmedo en el contexto de
tan estupendo cedazo textual) justifican a duras penas el relato como tal.
Posiblemente no sea tarea fácil cubrir en una misma obra poeticidad y eficacia
narrativa. O bien es raro el autor que domina ambas cosas a un tiempo. Pero
haberlos los hay. Un ejemplo (y no el único) es Alessandro Baricco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Dicho esto sólo resta afirmar que
la lectura de esta novela merece la pena, aunque sólo sea por el disfrute de la
exquisitez de su prosa.<o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-14080708939354267482016-07-14T16:18:00.000-07:002018-06-18T02:19:27.610-07:00Una pena en observación, de C. S. Lewis<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPHrCF2XkJE3p28Rqg4XfqqMKCKwg-9MizaEOTFq2eAHt7Cu5cEe1h6InVpvTx_bpK3DAI_iGtNAsvCNFsbciRz8ZvNFFyCQ9cm6nuLeedTInJyynVRj73YCnhafUjN17knZowM3-E3B9b/s1600/una+pena+en+observacion.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPHrCF2XkJE3p28Rqg4XfqqMKCKwg-9MizaEOTFq2eAHt7Cu5cEe1h6InVpvTx_bpK3DAI_iGtNAsvCNFsbciRz8ZvNFFyCQ9cm6nuLeedTInJyynVRj73YCnhafUjN17knZowM3-E3B9b/s400/una+pena+en+observacion.jpg" width="257" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Una pena en observación<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/C._S._Lewis">C. S.
Lewis</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Traducción: Carmen Martín Gaite<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Anagrama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 1994<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">C. S. Lewis, el autor irlandés de
la saga fantástica “Las Crónicas de Narnia” entre otras obras, se casó en 1956
con la poetisa estadounidense <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Joy_Gresham">Joy Gresham</a>, diecisiete
años más joven que él. Lo que en principio fue un matrimonio simplemente aceptado
por el escritor para que su amiga pudiese conseguir el permiso de residencia
que le había sido negado por el gobierno inglés, lo redescubrieron pronto ambos
como un amor apasionado. Tras diagnosticársele a Joy un cáncer de hueso, muere
en 1960, dejando a Lewis completamente desolado. Esta historia se ha recreado
en la película de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Richard_Attenborough">Richard
Attenborough</a>, “Tierra
de penumbras”, que puede verse entrando en <a href="https://www.youtube.com/watch?v=E96Mx8n3dIE&feature=youtu.be">este link.</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Después de la muerte de su esposa,
C. S. Lewis escribe en varios cuadernos las notas que darán origen al libro que
comento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Aunque, al menos en esta edición
española, “Una pena en observación” está publicado dentro de una colección de
narrativa, no se trata de un texto que pueda enmarcarse dentro de ninguno de
los géneros etiquetados como tal. Ni es una novela, ni larga ni corta, ni son
cuentos. En caso de querer clasificarlo tendríamos que meterlo bajo el amplio
cobijo del ensayo literario. Es, sin embargo, lo de menos a la hora de abordar
esta pequeña obra maestra en la que el escritor desnuda su alma herida, con una
sinceridad y una maestría equiparables.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Inmerso en el duelo de la pérdida,
busca respuestas de manera desgarrada y lúcida a un tiempo, poniendo bajo la
lupa de su reflexión a su propio sufrimiento, a la amada desaparecida, a Dios y
su silencio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Si hay que señalar un rasgo
sobresaliente de este libro, aparte de su indudable poesía y su profundidad
meditativa, es, insisto, su sinceridad sin concesiones a nadie, empezando por
el mismo autor. La autocrítica sin masoquismo está presente como un escalpelo
que no duda en hendirse a la hora de sacar la verdad a la luz. <i>“Por primera vez he vuelto atrás y he estado
leyendo estas notas. Me he quedado horrorizado. Por la forma en que he venido
hablando, cualquiera tendría derecho a pensar que lo que más me importa de la
muerte de H. son sus efectos sobre mí mismo”</i>(...) <i>“¿Qué clase de amante soy yo, pensando tan sin cesar en mis
tribulaciones y tan poco en las de ella?”</i> (…)<i>“Seguramente la fe –creo que será fe- que me permite rezar por los
otros muertos me ha parecido fuerte sólo porque no me ha importado en realidad…”</i>.
También cuestiona al destino y a Dios y se rebela: <i>“El destino (o lo que quiera que sea) se deleita en crear una gran
capacidad para luego frustrarla. Beethoven se quedó sordo. Medido por nuestro
rasero, una broma cruel; la sarcástica triquiñuela de un imbécil rencoroso”</i>.
Duda, se atormenta por la suerte de su esposa: <i>“Me dicen que H. es ahora feliz, me dicen que descansa en paz. ¿Qué les
hace estar tan seguros de esto?”</i>(...)<i>“«Porque
ella ahora está en las manos de Dios». Pero si esto fuera así, tendría que
haber estado en manos de Dios todo el tiempo, y yo he sido testigo del trato
que esas manos le dieron en la tierra. ¿Van a volverse más cariñosas para
nosotros justo en el momento en que nos escapamos del cuerpo? ¿Y por qué razón?
Si la bondad de Dios no es consecuente con el daño que nos inflige, una de dos:
o Dios no es bueno, o no existe; porque en la única vida que nos es dado
conocer nos golpea hasta grados inimaginables, nos hace un daño que supera
nuestros más negros presagios. Y si Dios es consecuente al hacernos daño, puede
seguírnoslo haciendo después de muertos de una forma tan insoportable como
antes”</i>. Para darnos cuenta del alcance de estas reflexiones, hemos de
considerar que estamos ante un inteligentísimo apologeta del cristianismo, ateo
en su juventud. Su encarnizada lucha consigo mismo y con Dios recuerda la pelea
de Jacob con el ángel o al Blas de Otero de “Ángel fieramente humano” o “Redoble
de conciencia”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Después de la pugna y, tras poner
en solfa la validez del mismo texto que escribe (<i>“¿Por qué le doy cabida en mi mente a tanta basura y bagatela? ¿Acaso
espero que disfrazando de pensamiento a mi sentir, voy a sentir menos
intensamente? ¿No son todas estas notas las contorsiones sin sentido de un
hombre incapaz de aceptar que lo único que podemos hacer con el sufrimiento es
aguantarlo?”</i>), tras pasar por las fases de negación, negociación y
aceptación tantas veces descritas por psicólogos y tanatólogos, una experiencia
casi mística (no sabemos si real o inventada -¿qué es lo real?-) lo conduce a
un reencuentro con su mujer. Finalmente, cierra el libro con unas hermosas y
esperanzadoras líneas: <i>“¡Qué cruel sería
convocar a los muertos caso de que pudiéramos hacerlo! Ella dijo, no
dirigiéndose a mí, sino al sacerdote: «Estoy en paz con Dios». Y sonrió. Pero
no me sonreía a mí. <b>Poi si tornò all’terna
fontana</b>”</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">“Una pena en observación” es, por
un lado, ya lo he dicho, una pequeña joya de la literatura universal. Por otro,
un texto altamente recomendable para quienes han perdido a un ser amado, así
como para figurar entre las lecturas de psicólogos y tanatólogos. También tiene
sus lectores contraindicados. Ni ateos ni fanáticos religiosos deberían
aventurarse en sus páginas, pues sólo conseguirán agarrar un cabreo inútil.</span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-20483827134876011272016-07-08T14:50:00.000-07:002016-07-09T08:26:05.251-07:00La mano de Dios, de Juan Villa<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEpSmfEYdD1Z1xuR9Yyg70XB34YoOgF_LK1xN4Q-1G2hZuLYVoquTcgW-CECtOC_HqZpa-BaYE4BVcdKJZctqJO2pNMApwmGVWoiFXKWrvvEp1d3gmsVkSGTScvPHMBDMhLlp_eQhi5xv7/s1600/la+mano+de+dios.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEpSmfEYdD1Z1xuR9Yyg70XB34YoOgF_LK1xN4Q-1G2hZuLYVoquTcgW-CECtOC_HqZpa-BaYE4BVcdKJZctqJO2pNMApwmGVWoiFXKWrvvEp1d3gmsVkSGTScvPHMBDMhLlp_eQhi5xv7/s400/la+mano+de+dios.jpg" width="260" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">La mano de Dios<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="http://www.juntadeandalucia.es/cultura/opencms/export/bibliotecas/bibhuelva/informlocal/autores/villajuan.html">Juan<span lang="ES-MX"> Villa</span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Point de lunettes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Sevilla, 2016<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Sigue deambulando Juan Villa en los cinco relatos que conforman el volumen “La
mano de Dios”, como en casi toda su obra anterior, por tierras almonteñas y,
más en concreto, por el ámbito de Doñana. Si las cuatro primeras narraciones,
que se encuadran dentro del género del cuento corto, mezclan el humor con el
patetismo y, a ratos, con una tierna ingenuidad, la última, “Los almajos”,
novela corta, supone una inflexión amarga que no deja lugar a la risa. Y, no sé
si en consonancia con sendos tonos, mientras que “Pregúntale a la culebrita”, “La
mano de Dios”, “La crisis de los misiles” y “Un gran salto”, giran en torno a
personajes de una contextura psíquica primitiva que propicia lo chusco dentro
de la crítica social, así el “meteorólogo” Orejita, los habitantes del Majadal
aterrados por la “ira divina” (acertadísima e hilarante metáfora de un poder no
tan gracioso), Antonia y su admirado e “infalible” Isaac Cartagena o el genial
epígono de Marconi, Epifanio Otero, por otro lado, digo, el personaje central
de “Los almajos”, Fabián, crepuscular, triste, se mueve en todo momento dentro
de una espiral trágica trazada a un ritmo de adagio que impregna con su
melancolía incluso momentos que, en otro contexto, podrían ser humorísticos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">En esta novela corta retoma Juan
Villa la cosmovisión de sus dos primeras, “Crónica de las arenas” y “El año de
Malandar”, sobre todo de la primera, aunque también la podamos ver en los
cuentos que la preceden (incluso algún personaje conocido, como un joven
teniente de carabineros protagonista de “El año de Malandar”, hace un cameo, valga
el término cinematográfico, en la segunda página de “Un gran salto”). En ese
mismo ambiente de postguerra, denso, opresivo, miserable, sobre un telón de fondo
deprimente, borrascoso, en el que una lluvia incesante subraya la sordidez,
Fabián pasa revista a una existencia transcurrida a contrapelo entre la
fatalidad y sentimientos de culpa infundados, mientras su destino se decide en
el lapso de una partida de tute, símbolo que se finge fortuito, un destino que
puede ser también el del Nano o el de Muriel o el de cualquiera a quien le toque
en esa tierra en la que la vida llega a negarse a sí misma empujada por la
desdicha y la penuria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">La estructura, circular, adaptada
así al callejón sin salida existencial que plantea la historia, contrae el
tempo narrativo a la duración de una partida de cartas, encajando en él
acontecimientos sucedidos en varios lustros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Los personajes, de dibujo
marcadamente expresionista, como suelen serlo en este autor, casi parecen, por
sus contrastes, salidos de un aguafuerte, desde el superviviente (o vividor) y
cínico Mejías, por poner unos cuantos ejemplos, pasando por el pobre mudito
Bernabé, representante de la inocencia, hasta Granada, extraño espécimen en tal
caldo de cultivo, inminente esposa de Fabián e involuntaria detonante, o el
cura don Bernardo, que recuerda a un personaje de Guareschi pero en vicioso. Tal
como Fabián, con ciertas rectificaciones psicológicas, me ha evocado, por su
problemática vital entre otras cosas, a Mersault, el personaje central de “El
extranjero”, de Albert Camus, concomitancia creo que inevitable de una forma
absoluta en cualquier héroe existencialista.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-32021820712548193812016-07-07T11:55:00.000-07:002016-07-07T11:55:44.394-07:00Ácido sulfúrico, de Amélie Nothomb<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiChhCkM9xPdSOlVbMZdN1xbHHc0X4l9_yYdHTCVwwbZRsWrgHlWZ_0zNthoNNzDv5j6JXT41Dj-3gQ_Etojf9d0MTmKnjV0fkuTZzrLWeRsEda51zPaYfNRlDyyV4NYMitLCuNHlDiO0bu/s1600/acido+sulfurico.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiChhCkM9xPdSOlVbMZdN1xbHHc0X4l9_yYdHTCVwwbZRsWrgHlWZ_0zNthoNNzDv5j6JXT41Dj-3gQ_Etojf9d0MTmKnjV0fkuTZzrLWeRsEda51zPaYfNRlDyyV4NYMitLCuNHlDiO0bu/s320/acido+sulfurico.jpg" width="201" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Ácido sulfúrico<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Am%C3%A9lie_Nothomb"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Amélie</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"> Nothomb</span></a></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Trad: Sergi Pàmies<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Anagrama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 2007<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">En este libro, que
quiere ser una crítica feroz a una sociedad inmunizada contra el dolor ajeno, es
patente la influencia de “¿Acaso no matan a los caballos?”, de Horace McCoy,
llevado al cine por Sydney Pollack con el nombre de “Danzad, danzad, malditos”.
De la misma manera en que nosotros contemplamos sin inmutarnos las masacres que
nos transmiten los noticiarios mientras nos zampamos tranquilamente nuestro
bistec, en “Ácido sulfúrico” los espectadores del programa televisivo
“Concentración”, un <i>reality show</i> al
modo de Gran Hermano en plan bestia, disfrutan de las humillaciones y maltratos,
incluyendo penas de muerte, infligidos a los participantes forzosos y elegidos
al azar en redadas callejeras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Los personajes,
divididos en franjas suficientemente delimitadas, metaforizan la injusticia
social implícita en una diversidad de destinos concebidos para beneficiar a
unos a costa del cruel sacrificio de otros: las víctimas que sufren, los kapos
que ejecutan su labor de verdugos, los organizadores que se lucran y los
espectadores, representantes de la mayoría social, verdaderos culpables, tal y
como denuncia el personaje central, Pannonique, chica angelical e inteligente,
investida de un cierto aura mesiánico, que conduce a todos a la liberación con
la paradójica ayuda de su contratipo, su gemela del lado tenebroso, Zdena,
enamorada de ella y a la que gana para la causa del bien.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">La idea, como
apunto al inicio de esta nota, no es nueva. También es la tesis central de la
película de Bertrand Tavernier “La muerte en directo”, basada en la novela “The Unsleeping Eye”, de David G. Compton y,
de una u otra forma, de “Freaks”, de Tod Browning, o “El hombre elefante”, de
David Lynch, por poner algún ejemplo. Todos estos libros y filmes son
acusaciones a la conversión del sufrimiento ajeno en espectáculo y, fundamentalmente,
a la sociedad que permite y, así, alienta este fenómeno y el sistema que hace
posible esa sociedad. Dicho esto, no hay ningún elemento que haga destacar a la
novela de Nothomb sobre los otros relatos citados. La distingue, eso sí, su
contextualización en nuestra época de ridículos programas televisivos, como “Gran
Hermano”, “Supervivientes”, etc, de los que hace una salvaje reducción al
absurdo y a los que utiliza como símiles para señalar a la misma realidad como
espectáculo (vid. Guy Debord), con sus injusticias, hambrunas, epidemias y
guerras. Es, sin duda, una novela testigo de nuestra época. Aunque creo (tal
vez sea una cuestión de gusto personal) que, al incurrir en una excesiva estilización
que la convierte en inopinada caricatura, pierde fuelle y eficacia.<o:p></o:p></span></div>
</div>
Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-22966718115698404762016-06-24T16:15:00.000-07:002016-06-24T16:27:51.224-07:00El país de los ciegos, de H. G. Wells<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLoWJ3tf69OUzBGK7xqt2_kn2dnGuiAyJdchFArAQ6DcdfUp5wbydVRrjvHpRS2oaPHrAwe6827V-sFdQyxVY-W1i6lHNh_Kt-zOlzdPQE62FOXR5YYBcO-ecwUViw9uD-ILjNkMHpcSaM/s1600/el+pais+de+los+ciegos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLoWJ3tf69OUzBGK7xqt2_kn2dnGuiAyJdchFArAQ6DcdfUp5wbydVRrjvHpRS2oaPHrAwe6827V-sFdQyxVY-W1i6lHNh_Kt-zOlzdPQE62FOXR5YYBcO-ecwUViw9uD-ILjNkMHpcSaM/s400/el+pais+de+los+ciegos.jpg" width="257" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">El país de los ciegos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX"><a href="http://www.epdlp.com/escritor.php?id=2430"><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">H. G. Wells</span></a></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Trad: Javier Calvo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Acantilado<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 2004<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Igual que en otras
de sus obras (“La máquina del tiempo”, por ejemplo), H. G. Wells aborda en este
relato el tema de la distopía, de manera alegórica y, como es frecuente en él,
situándose, más o menos, dentro del género de la literatura fantástica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">En las primeras
páginas, se cuenta el pretendido origen de una leyenda que habla de un valle
aislado en el que todos son ciegos. El personaje central, Núñez, un montañero
que llega hasta el lugar accidentalmente, relaciona el sitio con el refrán “En
el país de los ciegos el tuerto es el rey”. No tardará en darse cuenta de lo
erróneo de tal dicho. Si bien al principio siente una cierta conmiseración por
los pobres ciegos, la testaruda e inamovible visión (o, mejor, no visión) de la
realidad en que estos se mantienen, con prepotencia y desprecio hacia ese
recién llegado que pronuncia palabras “inexistentes” y “absurdas”, como “ver” o
“color”, lo inclinará a cambiar de actitud y a que sus deseos de ayudarlos se
tornen en una voluntad de dominación que, dada su ventaja visual, presume
sumamente fácil. No sólo no será así sino que, tras una historia de amor que
está a punto de culminar de una macabra manera (desde el punto de vista de
nuestros valores), se ve obligado a huir del legendario valle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">El relato es una
crítica de la ignorancia y del desprecio de la lucidez de que la sociedad hace
frecuentemente gala, aplicable a muchos niveles existenciales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Su defecto, aunque
tal vez esto no sea más que una apreciación personal, radica en su naturaleza
alegórica. Creo que la alegoría, susceptible sólo de una lectura rígida,
unívoca, esclerotizada, no es sino una degradación del símbolo, dinámico, vivo,
y de interpretación múltiple. Y eso es lo que empobrece esta narración de
Wells, tan brillante y profundo en otras ocasiones, como en “<a href="http://siempretendremosgutenberg.blogspot.com.es/2016/05/la-puerta-en-el-muro-de-h-g-wells.html">La
puerta en el muro</a>”, que <a href="http://siempretendremosgutenberg.blogspot.com.es/2016/05/la-puerta-en-el-muro-de-h-g-wells.html">ya
tuve ocasión de comentar</a>.<o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-86026063353198000002016-06-21T14:59:00.000-07:002016-06-21T14:59:58.656-07:00Concierto barroco, de Alejo Carpentier<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCnYsxMAHYWV2AZjUrVPyRNO11beDNj8TQ_yM2QqiinjZQ4Ex5MHZbAaTcM3GuyufOeI1LwstxtGCn0tBMNpPXls_x8l71fIvrFklAhjdhTgE3Mmhd81ubqRPp2mibEjXEUAHsRp1hGZoT/s1600/concierto+barroco.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="387" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCnYsxMAHYWV2AZjUrVPyRNO11beDNj8TQ_yM2QqiinjZQ4Ex5MHZbAaTcM3GuyufOeI1LwstxtGCn0tBMNpPXls_x8l71fIvrFklAhjdhTgE3Mmhd81ubqRPp2mibEjXEUAHsRp1hGZoT/s400/concierto+barroco.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Concierto barroco<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Alejo_Carpentier">Alejo<span lang="ES-MX"> Carpentier</span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Siglo XXI<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Madrid, 1978<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">El
argumento de esta novela, bien simple y lineal, es lo de menos en ella. Un
indiano rico viaja de México a Europa. Al recalar en Cuba, su criado muere y
contrata a otro, Filomeno, en la isla. Visitan varios lugares de España para
arribar, finalmente, a Venecia, donde disfrutan de su carnaval y, en una de las
muchas piruetas cronológicas del relato, motivan el nacimiento de la ópera “Montezuma”,
de Antonio Vivaldi, de cuya creación y estreno son testigos. Un “desenlace”
crepuscular, en el que el viajero regresa a casa dejando atrás a Filomeno
inmerso en el continuo y fatal hundimiento de la ciudad de los canales, es roto
en un último momento por lo que podría ser el “Allegro con brío” de un
concierto de Louis Amstrong. Y es que este “Concierto barroco” (que transcurre a
través de la música y hablando de música) lo hace, en cierta forma, en clave
musical. Lo vemos arrancar en el Allegro de la partida, para transcurrir
después en un largo, un adagio, por ej, la triste muerte de Francisquillo, el primer
criado, y continuar en un largo (por ejemplo, repito) e ir alternando los
distintos movimientos hasta cerrar con una inopinada intervención de jazz. Que no
será la única aparente incongruencia en una historia en la que Vivaldi y
Haendel desayunan cerca de la tumba de Stravinsky. En medio de esta feria de
disparates, que Vivaldi se encarga de justificar en el capítulo 7: “No me joda
con la Historia en materia de teatro –le dice al indiano ante sus protestas de
que la ópera “Montezuma” no es fiel a los hechos-. Lo que cuenta aquí es la
ilusión poética…”, se le hace difícil al lector no avisado reparar en la
autenticidad de, por ejemplo, el “Ospedale della Pietá” –donde realmente
trabajó Antonio Vivaldi- y sus niñas músicas, que no han salido del magín de
Carpentier. Lo cual sólo importa en la medida en que sirve como apoyo del
virtuosismo textual del que hace alarde el escritor cubano, sumergiéndonos a
través de sus palabras sabiamente trabadas en un espacio-tiempo que no obedece
más leyes que las que le impone el arte y la poesía. Constantes alusiones
intertextuales, al Quijote, a Hamlet, a Otelo, constituyen otras tantas de las
especias que dan sabor y aroma a este exquisito guiso, ficción fruto de un
magnífico maridaje entre el exotismo americano y la vieja civilización europea.
En lo que se refiere a la vertiente ideológica (que podría atisbarse, por
ejemplo, en la postura final americanista, casi indigenista, del indiano, o la
actitud casi revolucionaria del criado negro) palidece ante lo realmente
importante aquí, insisto, que es el texto mismo, su poesía, su música, su
juego, aspecto lúdico para el que Carpentier no pierde ocasión. Como una en la
que se alude a un concierto improvisado en el Ospedale, “Buena música tuvimos
anoche” –dijo Montezuma, por desviar a los demás de una tonta porfía. –“¡Bah!
¡Una <u>mermelada</u>!” -dijo Jorge Federico. –“Yo diría más bien que era como
una <u>jam</u> sesión” –dijo Filomeno…”. El subrayado es mío para resaltar el
juego. En inglés, jam, aparte de formar parte de la expresión jam sesión, una
interpretación jazzística grupal improvisada, significa también mermelada.
Naturalmente, esta pequeña broma lingüística, que no pasa de ser eso, una
broma, no es lo que convierte esta obra en una joya literaria. Lo que hace de
ella prodigio fascinante es, por sobre todo, una prosa del siguiente tenor, común
a todo el libro: </span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">“En gris de agua y
cielos aneblados, a pesar de la suavidad de aquel invierno; bajo la grisura de
nubes matizadas de sepia cuando se pintaban, abajo, sobre las anchas, blandas,
redondeadas ondulaciones —emperezadas en sus mecimientos sin espuma— que se
abrían o se entremezclaban al ser devueltas de una orilla a otra; entre los
difuminos de acuarela muy lavada que desdibujaban el contorno de iglesias y
palacios, con una humedad que se definía en tonos de alga sobre las escalinatas
y los atracaderos, en llovidos reflejos sobre el embaldosado de las plazas, en
brumosas manchas puestas a lo largo de las paredes lamidas por pequeñas olas
silenciosas; entre evanescencias, sordinas, luces ocres y tristezas de moho a
la sombra de los puentes abiertos sobre la quietud de los canales; al pie de
los cipreses que eran como árboles apenas esbozados; entre grisuras,
opalescencias, matices crepusculares, sanguinas apagadas, humos de un azul
pastel, había estallado el carnaval, el gran carnaval de Epifanía, en amarillo
naranja y amarillo mandarina, en amarillo canario y en verde rana, en rojo
granate, rojo de petirrojo, rojo de cajas chinas, trajes ajedrezados en añil, y
azafrán, moñas y escarapelas, listados de caramelo y palo de barbería, bicornios
y plumajes, tornasol de sedas metido en turbamulta de rasos y cintajos,
turquerías y mamarrachos, con tal estrépito de címbalos y matracas, de
tambores, panderos y cornetas, que todas las palomas de la ciudad, en un solo
vuelo que por segundos ennegreció el firmamento, huyeron hacia orillas lejanas.
De pronto, añadiendo su sinfonía a la de banderas y enseñas, se prendieron las
linternas y faroles de los buques de guerra, fragatas, galeras, barcazas del
comercio, goletas pesqueras, de tripulaciones disfrazadas, en tanto que
apareció, tal una pérgola flotante, todo remendado de tablones disparejos y
duelas de barril, maltrecho pero todavía vistoso y engreído, el último
bucentauro de la Serenísima República, sacado de su cobertizo, en tal día de
fiesta, para dispersar las chispas, coheterías y bengalas de un fuego
artificial coronado de girándulas y meteoros... Y todo el mundo, entonces,
cambió de cara. Antifaces de albayalde, todos iguales, petrificaron los rostros
de los hombres de condición, entre el charol de los sombreros y el cuello del
tabardo; antifaces de terciopelo obscuro ocultaron el semblante, sólo vivo en
labios y dientes, de las embozadas de pie fino. En cuanto al pueblo, la
marinería, las gentes de la verdura, el buñuelo y el pescado, del sable y del
tintero, del remo y de la vara, fue una transfiguración general que ocultó las
pieles tersas o arrugadas, la mueca del engañado, la impaciencia del engañador
o las lujurias del sobador, bajo el cartón pintado de las caretas de mongol, de
muerto, de Rey Ciervo, o de aquellas otras que lucían narices borrachas,
bigotes a lo berebere, barbas de barbones, cuernos de cabrones. Mudando la voz,
las damas decentes se libraban de cuantas obscenidades y cochinas palabras se
habían guardado en el alma durante meses, en tanto que los maricones, vestidos
a la mitológica o llevando basquiñas españolas, aflautaban el tono de
proposiciones que no siempre caían en el vacío. Cada cual hablaba, gritaba,
cantaba, pregonaba, afrentaba, ofrecía, requebraba, insinuaba, con voz que no
era la suya, entre el retablo de los títeres, el escenario de los farsantes, la
cátedra del astrólogo o el muestrario del vendedor de yerbas de buen querer,
elixires para aliviar el dolor de ijada o devolver arrestos a los ancianos.
Ahora, durante cuarenta días, quedarían abiertas las tiendas hasta la
medianoche, por no hablarse de las muchas que no cerrarían sus puertas de día
ni de noche; seguirían bailando los micos del organillo; seguirían meciéndose
las cacatúas amaestradas en sus columpios de filigrana; seguirían cruzando la
plaza, sobre un alambre, los equilibristas; seguirían en sus oficios los
adivinos, las echadoras de cartas, los limosneros y las putas —únicas mujeres
de rostros descubiertos, cabales, apreciables, en tales tiempos, ya que cada
cual quería saber, en caso de trato, lo que habría de llevarse a las posadas
cercanas en medio del universal fingimiento de personalidades, edades, ánimo y
figuras. Bajo las iluminaciones se habían encendido las aguas de la ciudad, en
canales grandes y canales pequeños, que ahora parecían mover en sus honduras
las luces de trémulos faroles sumergidos”.</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"> <span lang="ES-MX"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-65350968282085375342016-06-07T13:16:00.000-07:002016-06-07T13:16:40.586-07:00Fantasmas, de Paul Auster<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNE7_xz2yxy-I0IXo0xvZXI5IH6bdpXprv52gUuIY1mVZ4i-ZyYOHPI4Uc_XfGUajO6bF_CDHxBV2dsKT8bsLXEhF_jlzB8R2FuSO-anFrC8eJ7RpI7ObOHqEjRhBtcyKGEbd8l29mOIYf/s1600/Fantasmas+Paul+Auster.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNE7_xz2yxy-I0IXo0xvZXI5IH6bdpXprv52gUuIY1mVZ4i-ZyYOHPI4Uc_XfGUajO6bF_CDHxBV2dsKT8bsLXEhF_jlzB8R2FuSO-anFrC8eJ7RpI7ObOHqEjRhBtcyKGEbd8l29mOIYf/s400/Fantasmas+Paul+Auster.jpg" width="261" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Fantasmas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Paul_Auster">Paul
Auster</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Trad: Maribel De Juan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Anagrama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 1997<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Como en las otras dos
novelas que conforman, con ésta, la “Trilogía de Nueva York”, <a href="http://siempretendremosgutenberg.blogspot.com.es/2015/01/la-habitacion-cerrada-de-paul-auster.html">“La
habitación cerrada”</a> y <a href="http://siempretendremosgutenberg.blogspot.com.es/2015/02/ciudad-de-cristal-de-paul-auster.html">“Ciudad
de cristal”</a>, Paul Auster aborda en “Fantasmas” el tema de la identidad. En
esta ocasión, de una manera especular que hace previsibles los acontecimientos
casi desde el principio. Esto, curiosamente, no le resta interés a la narración
sino que, paradójicamente, impele al lector a seguir leyendo en busca de la
clave que confirme o refute sus sospechas. Aunque el relato resulte un tanto
plano, el dominio del oficio permite al autor salir airoso de su cometido. No
es fácil captar la atención del lector con una pieza sin principio ni final.
Prácticamente, no sabemos nada del origen de la trama ni de los personajes ni
la historia acaba de resolver el enigma. Es decir, ni tiene un comienzo
propiamente dicho, ni un nudo ni un desenlace. No es lineal. Tampoco arranca “in medias res” ni “in extremis”. En
esta indefinición, ciertamente fantasmal, reside precisamente, creo, su interés,
su dificultad y su mérito.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">La trama es sencilla.
Toda la complejidad deriva del juego de espejos confrontados que va
desarrollando el texto. Blanco encarga a Azul, detective discípulo de Castaño,
que vigile a Negro (no se sabe ni se sabrá para qué), para lo que le facilita
un apartamento frente al de éste, y que le envíe periódicamente informes
escritos de todo lo que observe. Ya está. El germen de lo que, a partir de esa
situación, va a ocurrir, se sugiere en un párrafo casi al comienzo. Azul vigila
a Negro. <i>“De vez en cuando Negro hace una
pausa en su trabajo y mira por la ventana. En un momento dado Azul cree que le
está mirando directamente a él y se retira”</i>. En lo que se refiere a los
nombres de los personajes, todos de colores excepto cuando son ficciones dentro
de la ficción, al margen de que los apellidos con nombres de color son muy
comunes en la lengua inglesa, el asunto tiene, sin duda, su vertiente simbólica
que enriquece y matiza la lectura, toda vez que, por ejemplo y según Schneider
citado por Cirlot, <i>“El azul, entre el
blanco y el negro (día y noche) indica un equilibrio…”</i>. Pero, por otra
parte, el azul se asimila al negro, se identifican. Etcétera.<o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-78460370949015286002016-05-28T15:03:00.000-07:002019-07-06T14:44:51.811-07:00La puerta en el muro, de H. G. Wells <div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKgMhdTywXxuFbhZt12oWZYHmHI-N8KIQmmxmQquImyTUiRdb89_Qat2g4DQxRMRjfvuVpzSNjKsb7tZqL3An2RppImcbAbm6ocFo11fUTKofdT4SqN96QDzHGfZOqDSvhUSi-2ckGX-zL/s1600/la+puerta+en+el+muro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKgMhdTywXxuFbhZt12oWZYHmHI-N8KIQmmxmQquImyTUiRdb89_Qat2g4DQxRMRjfvuVpzSNjKsb7tZqL3An2RppImcbAbm6ocFo11fUTKofdT4SqN96QDzHGfZOqDSvhUSi-2ckGX-zL/s400/la+puerta+en+el+muro.jpg" width="256" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">La puerta en el muro<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="http://www.epdlp.com/escritor.php?id=2430">H.
G. Wells</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Trad: R. Vilagrassa<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Acantilado<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 2003<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Difícil es encontrar este pequeño
relato mencionado entre las principales obras del autor, a pesar de que se
trata de una de las mejores, por encima de “La máquina del tiempo”, “La guerra
de los mundos” o “El hombre invisible”, si no la mejor. Lo leí por primera vez
en su versión original en inglés, “The door in the wall”, encabezando otros
cuentos de H.G. Wells en un tomo publicado por Penguin Books. No hace muchos
días que conseguí esta edición en castellano. Y tanto entonces, hace unos
cuarenta años, como ahora, la narración me ha parecido genial, una rara joya
literaria llena de fuerza poética y con un sutil poder de evocación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Lionel Wallace encuentra, en su infancia,
una puerta verde en un muro. Tras dudarlo mucho, la abre, entra y se ve inmerso
en un mundo aparte, fascinante, en el que todo es felicidad y maravilla. El
resto de su vida estará marcado por la añoranza de aquel lugar, con cuya
entrada se topará varias veces, rechazándola siempre, urgido por cuestiones prácticas:
conseguir una beca, una cita amorosa, el poder político… Pero, a pesar de estos
tropiezos, el recuerdo de aquel paraíso </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 18.6667px; line-height: 28px;">y la tristeza por su ausencia</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;"> nunca lo abandonarán. El final, que cada
cual interpretará en función de su westalchaung, será demoledor y aleccionador
para unos (en </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">burda exégesis</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">
positivista) y luminoso y enigmático para otros. Y, admitan o no su validez, todos podrán reconocer en "La puerta en el muro" </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">la idea gnóstica de la nostalgia del ser humano por el lugar
ultraterreno del que procede y por la condición desde la que ha caído, idea
presente en tantos textos tradicionales, como </span><a href="http://institutogcu.blogspot.com.es/2011/07/el-canto-de-la-perla.html" style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">“El
himno de la perla”</a><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">, por ejemplo, o la obra de Platón. Véase en el Fedro: </span><i style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">“Cuando un hombre apercibe las bellezas de
este mundo y recuerda la belleza verdadera, su alma toma alas y desea volar;
pero sintiendo su impotencia, levanta, como el pájaro, sus miradas al cielo,
desprecia las ocupaciones de este mundo…”</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">.</span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-63886076293894444232016-05-26T15:11:00.000-07:002016-05-26T15:25:59.601-07:00Una investigación filosófica, de Philip Kerr<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEize7ITLT6oLVEx8nvg0Fp4J3Z2hLUd7IEm54H4paNy-Y4VHmusuhNkRD4O6QQMiCFt6l9zhjz-GNyXkHIa5SOGOWdrofsKWX_T1G4LqaQOuPMhzZHxI8JOCRVZ2XR2yRwLOfNQVF3seKAO/s1600/una+investigacion.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEize7ITLT6oLVEx8nvg0Fp4J3Z2hLUd7IEm54H4paNy-Y4VHmusuhNkRD4O6QQMiCFt6l9zhjz-GNyXkHIa5SOGOWdrofsKWX_T1G4LqaQOuPMhzZHxI8JOCRVZ2XR2yRwLOfNQVF3seKAO/s400/una+investigacion.jpg" width="257" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Una investigación filosófica<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Philip_Kerr">Philip
Kerr</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Trad: Mauricio Bach<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Anagrama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 2015<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Philip Kerr construye una parodia
de la ya paródica obra de Thomas de Quincey <a href="http://www.epdlp.com/texto.php?id2=410">“El asesinato considerado como
una de las Bellas Artes”</a> al filo de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tractatus_logico-philosophicus">lógica</a>
de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ludwig_Wittgenstein">Wittgenstein</a>,
que se esfuerza en dar fundamento a los crímenes sin motivo o “tipo Hollywood”,
como los denominan esos polis británicos del año 2013, aunque ya pasado,
futurista porque la novela está publicada en 1992. Que el futuro profetizado no
acierte mucho en su profecía, en cuanto a ambiente, tipo de sociedad, etc, es
lo de menos. El relato es entretenido y los diversos referentes culturales utilizados
en el desarrollo de la trama y la elaboración del contexto, son barajados
hábilmente y, de paso, el autor juega a depositar en la mente del lector, al
igual que sucede en la humorística obra de De Quincey aludida, deletéreas
ambigüedades éticas culminadas por una simpática guinda: ¿Dónde se ha visto que
una inteligentísima y guapísima inspectora jefe (de un feminismo de raíces
freudianas) se enamore del, igualmente inteligentísimo, asesino? <a href="http://www.perfil.com/policia/Que-es-la-enclitofilia-mujeres-que-se-enamoran-de-asesinos--20110915-0025.html">Enclitofilia</a>
muy peculiar (toda vez que se manifiesta en una policía) que se produce
paulatinamente a lo largo del enfrentamiento dialéctico (y como consecuencia de
éste) con el homicida que le supone a Jake, la inspectora, su persecución.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">La altura intelectual de los
personajes, desde el criminal en serie (el principal, porque hay dos), pasando
por alguna de las víctimas que tenemos ocasión de conocer, un asesor filosófico
(sic) de Scotland Yard, hasta un poli chino genio de la informática o la misma
inspectora Jakowicz, no es lo más común en las novelas del género policíaco. Y
eso le da otro sesgo que contribuye a su originalidad. Además, las constantes
alusiones a temas filosóficos y literarios obligan a quien quiera hacer una
lectura rica del texto a conocer a los autores que se mencionan, Wittgenstein,
Bertrand Russell, Platón, etc y lo fundamental de su obra. Aunque no es
imprescindible, el nivel de lectura será diferente sin noticia de todo esto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Una buena novela para un fin de
semana nublado y depresivo. Incluye postrera concesión al sentimentalismo que
puede ser una buena coartada para llorar por nuestra depresión culpando del
llanto a la lectura: “Jake esperó a que retirasen las cámaras de televisión
antes de acercarse para ver en la pantalla del cajón lo que estaba tecleando el
técnico. Era el epitafio de Esterhazy. Reconoció los versos de <i>La tierra baldía</i>, los que seguían a la
aparición de la chica de los jacintos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 2.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Tus
brazos llenos y tu pelo mojado, no podía<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 2.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">hablar
y me fallaban los ojos, no estaba ni<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 2.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">vivo
ni muerto, ni sabía nada,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 2.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">mirando
en el corazón de la luz, el silencio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 2.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;">
<i><span lang="EN-US" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Oed’
und leer das Meer</span></i><span lang="EN-US" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Jake se secó una
lágrima, recogió el jacinto y salió a la luz del sol”.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Y, finalmente, una
auténtica sorpresa en un brevísimo colofón de seis líneas en la última página,
que va contra toda lógica porque no puede haber sido escrito por quien ha sido
escrito y dota al relato de una dimensión mística y epifánica, la misma que ha
tardado en ser descubierta en la obra de Wittgenstein y en la que algunos,
quedándose en la superficie, aún no han reparado.<o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-14254969103791182952016-05-06T06:36:00.000-07:002016-05-06T15:29:12.714-07:00Nebiros, de Juan Eduardo Cirlot<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxIMgqAIH-Tj2PtcdLCLcxFE747fhlA-8YRv-tmWG0oyzjwklOMBnpyJARU2ZhstEyCP680DOjPLca6fUK0YpZl7jvl3DUMgIc0VmQHHF487anaZihXmeVzXwkSgGrwKASiYPPeKDgnXBa/s1600/nebiros.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxIMgqAIH-Tj2PtcdLCLcxFE747fhlA-8YRv-tmWG0oyzjwklOMBnpyJARU2ZhstEyCP680DOjPLca6fUK0YpZl7jvl3DUMgIc0VmQHHF487anaZihXmeVzXwkSgGrwKASiYPPeKDgnXBa/s400/nebiros.jpg" width="273" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Nebiros<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Eduardo_Cirlot">Juan Eduardo Cirlot</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Edición y epílogo de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Victoria_Cirlot">Victoria Cirlot</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Siruela<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Madrid, 2016<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Verdadera sorpresa la que me llevé
hace unos días al encontrar, en la sección de novedades de una librería, una
novela del que considero uno de los mejores poetas españoles, si no el mejor,
del siglo veinte y lo que llevamos del veintiuno. Y es que no ubicaba yo a
Cirlot dentro del género. Aparte de poeta, lo sabía especialista en simbología,
en arte, crítico musical y de cine… Pero, ¿novelista? El encuentro con “Nebiros”
fue mi primera noticia al respecto. Y no es raro que, a pesar de haber hecho un
seguimiento, si no exhaustivo muy intenso, del autor catalán, nunca me haya topado
con ninguna novela suya. Porque esta fue, al parecer y que se sepa hasta la
fecha, la única que escribió, allá por 1950. Y el dudoso “mérito” de que no se
pudiera publicar y quedase inédita hasta este año 2016 se le debe a la censura
franquista. Con motivos (no me atrevo a llamarlos argumentos) tan ridículos que
avergonzarían hoy día hasta a una monjita de clausura, fue vetada esta obra dos
veces consecutivas por los cancerberos del poder, la moral y las buenas
costumbres. A partir de entonces, la trayectoria del libro fue ciertamente
rocambolesca. A pesar de que Cirlot, como cuenta su hija en el epílogo,
destruyó todo aquello anterior a 1958 que, por una razón u otra, no se había
publicado, “Nebiros” se salvó. Victoria Cirlot encuentra casualmente una copia
entre finales de los años ochenta y principios de los noventa. Pero la novela
parecía escurridiza. Se volvió a extraviar. Hasta que en el año 2015 Enrique
Granell y Victoria hallan otro ejemplar en el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo_General_de_la_Administraci%C3%B3n">Archivo
General de la Administración en Alcalá de Henares</a> . Y, esta vez sí, el
relato se publica, curiosamente en las fechas en que se cumplen los cien años
del nacimiento del poeta. Pero no queda con esto totalmente resuelto el tema.
Si la narración no fuese, por sí misma, suficientemente misteriosa al mismo
tiempo que esclarecedora, sigue quedando la duda de si la novela que en esta
edición leemos está completa o mutilada, debido a posibles aspectos disparejos,
en cuanto a presentación (interlineado, por ejemplo), que pudieran haber
existido entre las distintas copias. La duda surge porque el que iba a ser el
editor en el año 1951-52, José Janés, se dirige al censor diciéndole que el libro
tiene doscientas páginas y el censor número 20, el primero de los dos
encargados de leerlo, alude a las páginas 157 y 173 cuando el original que
Granell y Victoria rescatan en el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo_General_de_la_Administraci%C3%B3n">AGA</a>
tiene 148. ¿Texto más apretado en una copia que en otra o falta una tercera
parte en esta edición? Tal vez un día lo sepamos. Hasta entonces, si ese día
llega, tenemos esta versión, indudablemente interesante. No sólo para los
cirlotianos, que cada día engrosan sus filas, sino para todos los amantes de la
buena narrativa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Y, comentando ya un poco el relato,
más allá de las peripecias que lo rodean, ¿por qué se llama Nebiros?, ¿qué
significa esa palabra? Aunque eso se aclara en el desarrollo de la narración,
lo explicaré de pasada sin temor de destripar ninguna clave que deba permanecer
en secreto para conservar el interés de la lectura. Nebiros (castellanización
de Nebirus) es el nombre de un demonio que el personaje central de la novela
(cuyo nombre no sabemos) encuentra en un libro. <i>“Tímidamente, como si se aproximara a una zona enemiga </i>–escribe Cirlot-<i> se fue acercando a los puestos de libros.
No veía nada; ni títulos ni portadas. Solo una vibración luminosa y un
movimiento de vaivén. Después el campo de su visión se fue tornando nítido y
distinguió con precisión un título de letras muy pequeñas, escrito en el lomo
de un librito casi oculto entre una masa gris. Decía: <b>Los Secretos del Infierno</b>”</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvlVLmZ5ckvinMjc5XtNVJ1tP6_4CshhDeNpNSN1sGOSLZtsuXGc4kLSZQ3l6sbbcfOMyczv4NDjZEldvMugo_kmgPmRMJXIEc3HByZfaeC2UeG_aVlJUM_vwLrEUu3DcSEI501luGLtM8/s1600/nebiros+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvlVLmZ5ckvinMjc5XtNVJ1tP6_4CshhDeNpNSN1sGOSLZtsuXGc4kLSZQ3l6sbbcfOMyczv4NDjZEldvMugo_kmgPmRMJXIEc3HByZfaeC2UeG_aVlJUM_vwLrEUu3DcSEI501luGLtM8/s400/nebiros+2.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape alt="nebiros 2.jpg" id="_x0030__x0020_Imagen" o:spid="_x0000_i1026" style="height: 270pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 297pt;" type="#_x0000_t75">
<v:imagedata o:title="nebiros 2" src="file:///C:\Users\usuario\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.jpg">
</v:imagedata></v:shape></span><span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Y, dentro de ese libro:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDtCrIr3Gavq_9N4hHmYzy5TmHZebYQL_vIJNT6B8v9GkJMsS90IizqCb8tA71T7fPUF_HzX5TeeNz5lY4H14Cuj5VoxdOCzoCi9cYENUKuADRaIUxl1zYLOhtRnd7jbnrsA6B-kXAyTsD/s1600/nebiros+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="380" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDtCrIr3Gavq_9N4hHmYzy5TmHZebYQL_vIJNT6B8v9GkJMsS90IizqCb8tA71T7fPUF_HzX5TeeNz5lY4H14Cuj5VoxdOCzoCi9cYENUKuADRaIUxl1zYLOhtRnd7jbnrsA6B-kXAyTsD/s400/nebiros+3.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Nebiros, el demonio del pecado
desconocido. Los otros diablos tienen encomendado cada uno un pecado: lujuria,
gula, avaricia, etc. De <i>“Nebiros se decía
que sus dominios consistían en un pecado que alude la Biblia, que no se puede
nombrar o, mejor dicho, del cual se ignora la esencia”</i>. Esta entidad, o su
evocación, irá persiguiendo o acompañando a nuestro personaje a lo largo de su
periplo a veces atormentado, a veces exaltado o visionario, por la nocturnidad
de la ciudad cuyo nombre tampoco sabremos. Alucinaciones o revelaciones
alternarán con derrumbamientos anímicos, con fases depresivas y negras, de
tintes nihilistas, en un movimiento pendular, casi bipolar, teñido de angustia
y luego de esperanzas que a continuación le parecen falsas, ilusorias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">El escenario exterior: una zona
miserable, prostibularia, zona de puerto que podría ser Barcelona (que, con
toda seguridad, está inspirada en Barcelona). Los espacios en los que, como en
casillas de un juego de la oca delirante, va recalando, casas de lenocinio,
muelles, bares, plazas, su propio hogar… todos ellos oníricos, todos ellos con
sabor a sueños, así como los otros personajes: desde una niña de dos años
abandonada en la madrugada fría de una gótica placita solitaria hasta los
fantasmales parroquianos de un bar tal vez llamado “Nebiros”, la prostituta de
cuerpo monstruoso identificada con la mítica Lilitu bíblica o la mujer de la
limpieza que es la chica de ojos verdes que se cruza en su caminata montada en
un coche blanco que es su antiguo y único amor que lo abandonó que se llamaba <a href="http://www.elantepenultimomohicano.com/2012/04/la-barquera-maria-frank-wysbar-1936.html">Sybille
Schmidt</a>, actriz expulsada del cine por los nazis por no representar el
prototipo ario (y es curiosa la repetida recurrencia del autor a actrices en su
obra –la Schmidt, <a href="http://www.fotogramas.es/Peliculas/Susan-Lenox">Susan
Lenox</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Inger_Stevens">Inger Stevens</a>
o <a href="https://www.youtube.com/watch?v=_oIeCyqJ7B0">Bronwyn-Rosemary
Forsyth</a>-), ecuaciones que no son extrañas en una obra que no deja de
recordar, repetida y regularmente, la simultanea multiplicidad y unidad del
ser, idea que, junto a otras de filiación gnóstica, oriental o, en cualquier
caso, tradicional en el sentido profundo del término tradición, emparentadas
con ella, como, por ejemplo, lo ilusorio de lo que percibimos, (<i>Contemplaba los tranvías, los autobuses muy
iluminados de dos pisos, y sonreía como el que asiste a una sesión de magia
blanca.“Nada de esto existe”, parecía pensar.</i>) y en constante lucha
dialéctica con sus aparentemente opuestas, sin que se llegue a una solución
final, a una síntesis, sino más bien a unos puntos suspensivos que parecen
indicar que la búsqueda, la demanda, continúa siempre, sitúan la novela en el
ámbito de un cierto existencialismo que pudo parecerle pesimista a los
censores, lo que explica su absurdo veredicto: <i>“Libro fatalista, saturado de contradicciones y pesimismo, cuyo
protagonista –un imaginativo sexual, tímido y sin fe-, después de un largo
paseo por el barrio de los prostíbulos de su ciudad, en el que se le ocurren
los más paradójicos y peregrinos comentarios, llega a la escéptica conclusión
que toda ansia de superación y mejora espiritual es inútil”. </i>Genial. Como
lector, el censor no merece ni un aprobado raspado. Ni como redactor: véase el
imperdonable queísmo. Y, para acabar de rematar su gloriosa intervención, los censores
pontifican en el segundo informe: <i>“De una
moralidad grosera y repugnante. No se debe autorizar”</i>. En fin. Lo cierto es
que la novela, de poético discurso y profundidad filosófica, nos pasea por el
rico universo de la estética y las ideas cirlotianas que emanan del resto de su
obra. De hecho, el lector atento podrá encontrar resonancias de otros libros de
JEC escritos hasta entonces.<o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-10743817859253429762016-04-28T07:08:00.000-07:002016-04-28T07:08:15.229-07:00Ultramarina, de Malcolm Lowry<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgerI5R52W2DwWZanxxbWMN1M6aIAgyz6yVxkP7GQ56PNaeWhrTnvunliAubYYfuZPJkvcCj2VU79SFrXVs1AT3dXa-CcXG6BDA8qtWgvvk6om5-Ai_g-cHeqX2vCrfrawe68nCKYcPX6eQ/s1600/ultramarina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgerI5R52W2DwWZanxxbWMN1M6aIAgyz6yVxkP7GQ56PNaeWhrTnvunliAubYYfuZPJkvcCj2VU79SFrXVs1AT3dXa-CcXG6BDA8qtWgvvk6om5-Ai_g-cHeqX2vCrfrawe68nCKYcPX6eQ/s400/ultramarina.jpg" width="277" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Ultramarina<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Malcolm_Lowry">Malcolm Lowry</a> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Trad: Alfonso Llanos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Monte Ávila
Editores<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Caracas, 1969<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Ultramarina fue la
primera novela, obra de juventud, de Malcolm Lowry. Narra el viaje de Dana
Hilliot, alter ego del mismo Lowry, enrolado en el buque Oedipus Tirannus,
desde Inglaterra al Extremo Oriente, y las pruebas que ha de superar en su
convivencia con marineros rudos y nobles que lo consideran un niño pijo que se
ha metido en el barco por capricho, privando así, seguramente, de la
oportunidad de trabajar a algún otro chico que de verdad lo necesitase. En lo
que no dejan de llevar razón y que, de alguna forma, es confirmado por el mismo
Dana, admirador de aquellos hombres, en ciertos momentos del libro. No es
casual que se llegue a hacer alusión a <a href="http://suite101.net/article/capitanes-intrepidos-una-novela-de-aprendizaje-a53658#.VyHYANKLR0s">“Capitanes
Intrépidos”, de Ruyard Kipling</a>, relato que puede considerarse, en muchos sentidos,
gemelo y predecesor de éste. Dana Hilliot no dejará de luchar, en medio de un
constante vaivén anímico, bamboleo tan mareante como el del barco o más, por
conseguir la aceptación, la complicidad, de sus compañeros de tripulación, por
lograr, en definitiva, formar parte de ese grupo que, en principio, lo rechaza.
Se trata, por tanto, de una de las llamadas novelas de iniciación, en las que
un joven o adolescente aprende a cruzar la barrera que lo separa de la madurez
venciendo o sorteando los escollos que forman parte necesaria del camino.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">A lo largo de todo
ese periplo, Dana Hilliot va haciendo un despliegue de “erudición” en el que
parece evidenciar sus conocimientos humanísticos y dominio de múltiples
lenguas, cuyas irrupciones (si bien son explicables por el asunto de la ambientación
narrativa) pueden llegar a ser un guijarro en el zapato del lector, así como la
jerga marinera, aunque ésta está más justificada. Pero, en fin, teniendo en
cuenta que estos son ingredientes necesarios en la construcción de un relato de
estas características, avanzamos, animados por la indudable calidad e interés
del texto, en el que vamos encontrando, sorpresas en la ruta, líneas de
tremenda fuerza poética (Ej<i>: El
contramaestre decía que las moscas chillaban como “niños que se desangran” al
morir sobre los papeles engomados</i>), entre fragmentos en griego clásico y otros
en latín atribuidos a Galeno de Pérgamo mezclados con más sacados de poemas de
Catulo. Uno se pregunta por la intención del autor cuando induce a Dana a
alardear de su superioridad cultural. Y la respuesta podría ser que así señala
la distancia a salvar que lo separa de los marinos y que no deja de ser una
futilidad comparada con la autenticidad de la experiencia vital de aquellos. En
determinado momento, de hecho, se llega a calificar a Dana Hilliot como un “erudito
a la violeta”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">En su ansia por
estar a la altura de sus compañeros e imitar su comportamiento, Dana libra una
lucha en su interior entre su decisión de guardar la promesa de fidelidad dada
a su novia y bajar a tierra en los puertos que tocan a estar, como los otros,
con prostitutas. Tras capítulos en los que se evidencia esta lucha en un
monólogo interior que alterna con fragmentos narrativos, todo ello inmerso en
el caos de la borrachera y un ambiente onírico, a veces de pesadilla, el protagonista
parece, finalmente, alcanzar un equilibrio y cumplir su rito de paso
iniciático.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Quien conozca la
obra posterior de Lowry (sobre todo “Bajo el volcán”, novela que releeré y
comentaré algún día) no dejará de advertir ciertos precedentes de asuntos (por
ejemplo, el infierno del alcoholismo –aparte de que el escritor fuese
aficionado a empinar el codo desde muy joven: desde los catorce años- ) que se
desarrollarán más a fondo en aquella. Lo que hace pensar en una revisión de “Ultramarina”
que, al parecer, llevó a cabo el autor; en la que, por ejemplo, cambió el
nombre del barco, de Nawab a Oedipus Tirannus, para que se llamara igual que el
que aparece años después en “Bajo el volcán” y en el que se embarca su
hermanastro Hughs, personaje de aquella narración.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-89121340968316899492016-04-23T09:03:00.000-07:002016-04-23T09:19:12.833-07:00Tres veces al amanecer, de Alessandro Baricco<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhruHuuCNUV0FdddoKGyGKnjmExxSurNvGc4aoUEbcCzDH4KJPbjxB3AZa439_jZh316fPVc3QvSMPfjs7xGDwF_wu4Ii48oQ591nVDZcLI10X3NCMlgS3I-7bWZw6LGbLFMzU8Y4S1oAMH/s1600/tres+veces+al+amanecer.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhruHuuCNUV0FdddoKGyGKnjmExxSurNvGc4aoUEbcCzDH4KJPbjxB3AZa439_jZh316fPVc3QvSMPfjs7xGDwF_wu4Ii48oQ591nVDZcLI10X3NCMlgS3I-7bWZw6LGbLFMzU8Y4S1oAMH/s400/tres+veces+al+amanecer.jpg" width="253" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Tres veces al
amanecer<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Alessandro_Baricco">Alessandro Baricco</a> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Trad: Xavier González Rovira<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Anagrama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 2013<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Al llegar a la
página 161 de la <a href="http://siempretendremosgutenberg.blogspot.com.es/2013/02/mr-gwyn-de-alessandro-baricco.html">edición
española de Anagrama del año 2012 de <i>Mr
Gwyn</i>, de A. Baricco</a>, podremos leer:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">“…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">-¿Te acuerdas de
qué libro es?, preguntó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">-Sí, se titula <i>Tres veces al amanecer</i>. Un buen libro.
Breve.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Un poco más
adelante sabremos que el pretendido autor de ese libro es un hindú llamado
Akash Narayan. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Aquel libro,
inventado en la trama de <i>Mr Gwyn</i>, lo
escribió Baricco más tarde. Y es éste que aquí comento y que comienza con la
siguiente dedicatoria: <i>A Catalina de
Médicis y al maestro de Camden Town</i>. El lector no sabrá que Catalina de Médicis es
una bombilla que parece una lágrima escapada de una araña de luces y el maestro
de Camden Town su fabricante, a no ser que haya leído <i>Mr Gwyn</i>. Ni cómo dicha dedicatoria llevará a Rebecca (uno de los
personajes de <i>Mr Gwyn</i>) a
descubrimientos y constatación de sospechas importantes que <a href="http://siempretendremosgutenberg.blogspot.com.es/2013/02/mr-gwyn-de-alessandro-baricco.html">no
revelé al comentar <i>Mr Gwyn</i> ni
revelaré ahora</a>. Al leer este libro Rebecca comenta: “<i>Tres veces al amanecer</i> estaba dividida en tres partes y la primera
era muy parecida a uno de los retratos de Jasper Gwyn”. Efectivamente. Eso es
básicamente el relato. O los relatos, pues de tres se trata aunque sean
variaciones sobre un mismo tema que, fácilmente conjugadas e interpretadas,
constituyen una sola historia. Magistral. El “más difícil todavía” circense
parece ser uno de los lemas de este autor italiano que no deja de sorprendernos
una vez tras otra a lo largo de sus narraciones. Y sin truco, sin “trampa ni
cartón”. Una baraja formada por tres sencillos elementos, una mujer, un hombre,
el escenario de un hotel, diferentes edades y circunstancias. Y la magia del
oficio, el humor y el sentido poético. Aunque la verdad es que el taumaturgo,
sin poder traicionar su condición, se guarda una carta en la manga. Desliza, al
iniciar <i>Tres veces al amanecer</i>, una
pequeña mentira por omisión: “En la última novela que escribí -dice Baricco-, <i>Mr Gwyn</i>, se alude, en un momento dado, a
un breve libro escrito por un angloindio, Akash Narayan, titulado <i>Tres veces al amanecer</i>. Se trata
naturalmente de un libro imaginario…”. Es verdad. Pero no es toda la verdad. Si
desvelase toda la verdad, el novelista se cargaría una de las sorpresas más
sabrosas. Así que, con ese escamoteo, que algunos escritores puristas
calificarían de deshonesto o, al menos, de poco ortodoxo, desaparece en una
nube fugaz que explota en el escenario dando paso a la acción que surge entre
su bruma. Una acción que, si bien puede abordarse por sí sola e independientemente
de su matriz, <i>Mr Gwyn</i>, como ya
advierte Baricco al introducir el libro, también es cierto que adquiere matices y brillos diferentes al conjugarse con la novela que fue su
origen, a la que a su vez aporta insólitas luces.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">La primera historia
narra el encuentro de un hombre de edad madura con una mujer que “Ya no era muy
joven, pero esto le sentaba bien, como sucede a veces a las mujeres que no han
tenido nunca dudas sobre su belleza”. Tras su final, pasmoso e imprevisto, la
segunda historia trata de una descarada y tal vez dulce e indefensa adolescente
y un portero de noche, de edad provecta y existencia triste y desgraciada, que la
ayuda a escapar de un joven maltratador y violento. En la tercera, y última,
una mujer policía de cincuenta y seis años lleva a un niño de trece, que acaba
de sufrir una terrible tragedia, desde el mismo sórdido hotel de los otros
relatos hasta una casa al lado del mar. En las tres ocasiones la acción
trascurre al amanecer y los personajes son los mismos personajes, sólo que
sometidos a diferentes posibilidades. Multiplicidad y unidad se confunden y el
tiempo juega a distorsionarse mientras Baricco ahonda, como siempre, belleza y
arte mediantes, en distintos aspectos de la condición humana: estulticia, sabiduría,
desgracia, soledad, amor, solidaridad, cobardía, valor…<o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-18307642095816290882016-04-19T10:37:00.000-07:002016-04-19T10:37:23.953-07:00Plegarias atendidas, de Truman Capote<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGwguBeLrk-JVpzP3WRp7IINOhn8zzSMUVI7dO0RpKI1GvmLASTGRFlEio0MPtZv3Osabc4OTXbwO9iQFjrFcS5crCpFARnqYxrKzBMtCzb-oelj3Ik8DY3X_V0qQXnAOH9BEl6OJKQYMY/s1600/plegarias+atendidas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGwguBeLrk-JVpzP3WRp7IINOhn8zzSMUVI7dO0RpKI1GvmLASTGRFlEio0MPtZv3Osabc4OTXbwO9iQFjrFcS5crCpFARnqYxrKzBMtCzb-oelj3Ik8DY3X_V0qQXnAOH9BEl6OJKQYMY/s400/plegarias+atendidas.jpg" width="257" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Plegarias atendidas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Truman_Capote">Truman
Capote</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Trad: Ángel Luis Hernández<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Anagrama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 2001<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">En esta su última e inacabada
novela, Truman Capote se despacha a gusto con toda la alta sociedad de su
entorno. No deja títere con cabeza. Más o menos ocultos tras nombres ficticios,
a veces sin ocultarlos, desnuda, pone en evidencia, machaca a ricos,
aristócratas, famosos de la pantalla, escritores, cuyos trapos sucios (siempre
según Capote, claro) van desfilando ante la atención morbosa del lector.
Montgomery Clift es un chupapollas (en el sentido exacto del término), los
Kennedy son “como perros”; a Niarchos, que lleva encima “bastante coñac como
para conservar en alcohol a un rinoceronte”, lo que le hace feliz es matar. </span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Y, así, van adornando con sus miserias morales y sus
caricaturas, a veces crueles, las líneas del relato Jerry Salinger, Samuel Beckett, Greta Garbo,
Sartre, Warhol, Walter Mathau, Tennessee Williams, Gore Vidal, Albert Camus,
Peggy Guggenheim y muchos más. De manera que la narración parece el trabajo de
un paparazzi literario que, en vez de con su cámara, enfoca y exhibe con sus
palabras las partes más innobles de las víctimas destinadas a ser servidas,
trufadas de sexo y escándalo, como si de un programa televisivo de los llamados
“del corazón” se tratase.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Por lo demás, la
novela no reviste mayor interés. Las peripecias del personaje narrador, pícaro
amoral, salpicadas aquí y allá de un dudoso humor, no dejan de ser un pretexto,
unos anaqueles, un álbum donde colocar los cadáveres despellejados de sus
conocidos y amigos que, en cuanto leyeron los capítulos que se publicaron en la
revista Esquire, le dieron la espalda al escritor. Según la opinión del que era
su editor, Joseph M. Fox, este desastre fue la causa de que Capote abandonase
la redacción de esta obra, extremo que el escritor siempre negó. En cuanto a
las razones para que llevase a cabo semejante escabechina en la llamada
jet-set, existen distintas teorías que, dado que cualquiera de ellas es perfectamente
posible, seguramente seguirán siendo siempre eso, teorías: desde la casi
psicoanalítica que la interpreta como una llamada de atención que roza lo
histérico, un grito de socorro por miedo al abandono que ya, al parecer, sufrió
de niño hasta la que la interpreta como una venganza, un ajuste de cuentas, con
la sociedad de ricos que lo rodeaba. Es posible que se trate de una de esas
cosas o de todas. También es cierto que el mismo autor no sale muy bien parado
en el autorretrato que traza en la figura del narrador, su alter ego,
personaje con parámetros éticos en
cualquier caso discutibles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">Si, dejando al
margen todas estas circunstancias, nos centramos en el texto, está claro que no
nos encontramos ante una gran novela ni, aún teniendo en cuenta que se trata de
un proyecto incompleto, ni siquiera ante el esbozo de una gran novela. La
narración, muy bien escrita (sin duda), no va más allá de ser un conjunto de
anécdotas que gustará, seguro, a los amantes del cotilleo. Y, como mucho, es
una curiosidad interesante para los admiradores del genial autor de “A sangre
fría”.<o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-17390678400790503722016-04-15T10:45:00.000-07:002016-04-15T11:06:49.404-07:00Ampliación del campo de batalla, de Michel Houellebecq<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo-MAn7aFjUXlcnoF8Rxb1IT3kLw2G_Z9nU3Ts5GS5RpJhCBeTyFNMFL0jz5XUMe1F3EudGwmw9yCYjgSbPDqzevLQ176NTmY8VV_sACVxfXYEPGbWk3Ms1ZOKLhbIA4aXbmMI0r6ZYTFK/s1600/Ampliacion+del+campo+de+batalla.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo-MAn7aFjUXlcnoF8Rxb1IT3kLw2G_Z9nU3Ts5GS5RpJhCBeTyFNMFL0jz5XUMe1F3EudGwmw9yCYjgSbPDqzevLQ176NTmY8VV_sACVxfXYEPGbWk3Ms1ZOKLhbIA4aXbmMI0r6ZYTFK/s400/Ampliacion+del+campo+de+batalla.jpg" width="258" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Ampliación del campo de batalla<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Michel_Houellebecq">Michel Houellebecq</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Trad: Encarna Castejón<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Anagrama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 2005<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Lo que arranca con un humor
inteligente e irónico, se va adentrando por terrenos pantanosos en los que la
crítica feroz del sistema se cuece en un caldo de amargura, misoginia y
misantropía que sólo se atempera, aparentemente, ante los personajes más
marginales, como un acto de justicia. Aunque esto no llega a quedar claro. De
hecho, al lector no llega a quedarle claro casi nunca cuándo el narrador está
hablando en serio y cuándo bromea, así sea con bromas vitriólicas, venenosas.
Porque lo que defendió en un momento dado, lo hunde en seguida en el cieno. Así
lo hace con la chica gorda y fea que resulta llamarse, para el colmo de los
sarcasmos, Brigitte Bardot; así también con su desgraciado compañero de trabajo, Tisserand. Cada personaje que aparece es sometido a una cruel y sangrienta, si
es que no también arbitraria, disección. Aparte de, por supuesto, las repetidas
muestras de sexismo y racismo: <i>“Lamentaba
que Tisserand no hubiera matado al negro”</i>. Él mismo se hace objeto de
constantes ideas autodestructivas, a cada paso que va dando, en el hospital, en
el psiquiátrico, hasta llegar al amargo desespero final: <i>“…me duele la piel. Estoy en el ojo del huracán. Siento la piel como
una frontera, y el mundo exterior como un aplastamiento. La sensación de
separación es total; desde ahora estoy prisionero en mí mismo. No habrá fusión
sublime; he fallado el blanco de la vida. Son las dos de la tarde”</i>. La
lectura de esta novela deja en el lector un sabor depresivo, demoledor, sin que
realmente sepa si se encuentra ante un crítico implacable del estado de cosas
que escupe en lo políticamente correcto o ante declaraciones, fingidas o
reales, de un neurótico, cuya neurosis (eso sí) puede ser resultado del estado
de cosas. ¿Nos encontramos ante un texto pensado para escandalizar y, por
tanto, para vender o ante una crítica implacable del sistema sin respeto a
ninguna idea ni forma y, a veces, ni a la vida misma? Se ha llegado a comparar
a Houellebecq con Celine y, a veces, efectivamente, nos lo recuerda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Este libro nos deja un sabor
amargo, aunque ignoramos si es una amargura lúcida y necesaria. Y, lo que es
más, no sabemos, insisto, si estamos ante un cínico oportunista o ante un
analista implacable y disolvente. Nada de él había leído antes de esto y,
excepto de oídas, no lo conocía a pesar de todos los revuelos que ha organizado
y que no pueden sino hacerme pensar en campañas de marketing. <o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4429086203396647800.post-89256794235746775862016-04-11T13:56:00.000-07:002016-04-11T14:16:25.761-07:00Leviatán, de Paul Auster<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP6zEXrM5I6pyJr2W2af7_DO9B06uMA87cnKPJu7wbPEcLriZfMge3zqPYPd6wRpZSZfrtGnnACsyIM9lRT4G4KfoPAYwAj_t7BDx9lgsqN7APu58x-uy8I102RvdbBoSLSYuuML4BGbw8/s1600/leviatan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP6zEXrM5I6pyJr2W2af7_DO9B06uMA87cnKPJu7wbPEcLriZfMge3zqPYPd6wRpZSZfrtGnnACsyIM9lRT4G4KfoPAYwAj_t7BDx9lgsqN7APu58x-uy8I102RvdbBoSLSYuuML4BGbw8/s400/leviatan.jpg" width="257" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Leviatán<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;"><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Paul_Auster">Paul
Auster</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Trad: Maribel de Juan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Editorial Anagrama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Barcelona, 2001<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Un espacio-tiempo cotidiano, que
podría llegar a ser anodino de otra forma, deviene delirante en función del
orden y la interrelación entre sus elementos. Y es que hasta lo más alucinante
no consiste sino en una reordenación de lo que, a fuerza de ser percibido deja
de sorprendernos. Así es desde los más antiguos mitos. ¿Qué es el unicornio
sino un vulgar caballo con un cuerno en la frente? Si le ponemos alas, será
Pegaso. Ese es uno de los ingredientes mágicos que se utilizan en las artes, en
la literatura entre otras, ya sean de tipo fantástico o no. Pues no se trata sino
de activar la percepción poética (o estética) en el receptor. Esta técnica no
es ajena al enganche del lector en esta novela de Auster, junto a la habilidad
para mantener la tensión del suspense. Con estos mimbres y dejándose guiar por
una concatenación de acontecimientos que no dejan de recordarnos, con sus
consecuencias, a la Teoría del Caos, se lleva a cabo, más en profundidad aunque
disfrazado de ameno thriller, un (discutible o no) análisis de la
realidad, las relaciones humanas y el conflicto existencial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">El relato consigue, sin duda y a
pesar de algunas partes en las que puede resultar un tanto farragoso,
entretenernos y atraparnos. Además de, ya queda dicho, por su generosa dosis de
intriga, por el magistral dominio de la trama y sus otros elementos y, muy
especialmente, por la riqueza de matices y el carácter insólito y complejo de
los personajes, ajenos a los valores convencionales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">El argumento central no es, en
principio, nada enrevesado. Son sus sucesivas ramificaciones las que nos van
conduciendo por una selva de contrastes, coincidencias que parecen mágicas,
aparentes sinsentidos… hasta depositarnos en un final que, en honor a la
verdad, resulta flojo a tenor de la traca final que durante todo el desarrollo
se viene insinuando de forma implícita.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">El comienzo de la narración nos
informa, en un tono de gacetilla, de la muerte de un hombre que se produce
mientras, según todos los indicios, manipulaba una bomba. Otro hombre,
escritor, identifica, por datos que deduce de lo que lee en el periódico y de
lo que sabe, a la víctima. Se trata de un amigo suyo desaparecido. Consciente de
que los medios oficiales darán una versión distorsionada de los hechos, decide
escribirlo antes de que la policía llegue a conclusiones y a verdades que no lo
son.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">Paul Auster juega, a través de
diferentes guiños, a hacer creer al lector que está leyendo una novela de fondo
autobiográfico. ¿O no es un juego y verdaderamente detrás de toda la historia
está la vida del autor? Sea como sea, no es el único elemento lúdico del texto,
empapado de este componente; lo que, teniendo en cuenta su dimensión trágica,
puede acabar produciéndonos la impresión de quien recibe el regalo más macabro
que se nos pueda ocurrir envuelto en un alegre papel de colores.<o:p></o:p></span></div>
<br />Félix Morales Pradohttp://www.blogger.com/profile/17314742527893448819noreply@blogger.com0